A una personalidad como la de Brian Wilson correspondía un biopic que sorteara los convencionalismos del género, y Bill Pohlad trata de salir airoso del envite con “Love & Mercy” (2015), que elude el tópico recorrido cronológico planteando un relato en el que dialogan dos etapas diferentes en la vida del músico, separadas por una diferencia de dos décadas: la explosión creativa de la segunda mitad de los sesenta, con la elaboración de “Pet Sounds” (1966) como punto culminante, y su largo período de deriva mental de los ochenta. La idea de utilizar como bisagra el lapso de dos años que Wilson se pasó prácticamente sin salir de la cama resulta un hallazgo, así como la combinación de diversos formatos, buscando una correspondencia entre el estilo narrativo y los desequilibrios de un personaje lleno de fobias y traumas. Todo ello, unido al diseño de producción, siempre eficaz, otorga al filme una solidez fuera de duda en su condición de reconstrucción histórica.