Libro

Catherine Lacey

Biografía de XAlfaguara, 2024

¿Quién es X? Es lo que intenta descubrir la periodista de C.M. Lucca, viuda de X que emprende una investigación para desmentir lo sembrado por un tal Theodore Smith, autor de una biografía no autorizada de la misteriosa protagonista.

X, reconocida artista total –escritora, fotógrafa, pintora, cineasta, performer, compositora y productora musical (“colaboró”, por ejemplo, en la gestación de la trilogía berlinesa de David Bowie)–, es el escurridizo personaje troncal que le sirve a Catherine Lacey (Tupelo, 1985) para hacer su particular recorrido por gran parte de algunos de los acontecimientos clave del pasado siglo XX, recurriendo a una mezcla de ficción y realidad alterada –por el libro desfilan, en cameos más o menos breves, Richard Serra y Tom Waits, Andy Warhol, Robert Frank, Denis Johnson…–, “robando” conceptos y frases –acreditados en las notas finales– a, entre otros y otras, Susan Sontag, Renata Adler, Kathy Acker, Candy Darling, Sheila Heti, Edmund White, Richard Hell, Lou Reed y Vito Acconci.

En su intento por arrojar luz sobre X –maestra del escapismo y del disfraz: Cindy Sherman y Sophie Calle en su corriente sanguínea– Lucca iniciará, en pleno duelo, un viaje que le aclarará muchas cuestiones sobre su mujer muerta pero que también añadirá nuevos interrogantes que ya nunca podrán ser desentrañados.

Lacey construye en “Biografía de X” (“Biography Of X”, 2023; Alfaguara, 2024; traducción de Núria Molines Galarza) algo así como un thriller distópico –la acción se desarrolla en unos Estados Unidos desmembrados entre el Territorio del Sur (una teocracia donde la libertad individual ha sido cercenada de raíz), el Territorio del Norte (un oasis de liberalismo donde han triunfado, atenuadas, las ideas de Emma Goldman) y el Territorio Occidental– que le sirve para hablar de la dependencia amorosa y del amor absoluto, de los laberintos del matrimonio y de sexo, drogas, género, rock’n’roll, terrorismo, vidas “alternativas”, mercantilismo, identidad y, sobre todo, de si la función del arte sirve como espoleta para explicar y modificar la sociedad o, al contrario, es un mero ejercicio de individualismo masturbatorio.

Con una prosa clara, precisa y eléctrica, la novela, que disfruta difuminando fronteras entre lo real y lo inventando, avanza como una investigación policial a la caza de una mujer tan esquiva como fascinante, y la fina línea entre lo simulado y lo verdadero –muchas de sus páginas están dedicadas a detallar la “relación” de X con Connie Converse (1924-1974), cantautora outsider reivindicada años después de su desaparición: recuerden el álbum “Vanitiy Of Vanities”, editado por John Zorn en 2017, con Martha Wainwright, Big Thief, Sam Amidon, Laurie Anderson o Mike Patton versionando las partituras de la artista de New Hampshire– otorga al libro una capa de metaliteratura –fotografías de las instalaciones de X, portadas de sus libros, retratos de familiares y conocidos; incluso se incluye una breve nota biográfica sobre la traductora del libro resultado de las pesquisas de Lucca– que no se agota en una primera lectura.

La cuarta novela de Lacey –tras “Nunca falta nadie” (2014), “Las respuestas” (2017) y “Altar” (2020), todas en Alfaguara– la confirma como una de las voces más poderosas y originales –e imprescindibles– de la literatura norteamericana actual. ¿Libro del año? Se admiten apuestas. ∎

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