Joan S. Luna / J. de Montfort

En la crónica que Carlos Marcos hizo para ‘El País’ sobre el concierto que el propio Antón Álvarez Alfaro definió como el más importante de su carrera, la presentación de “El Madrileño” (2021) en el Palacio de los Deportes de la capital, dejó una frase que define la carrera del polifacético creador: “Las cosas nunca salen como se imagina uno, salvo que seas C. Tangana”. Siete periodistas especializados en el ámbito musical, encabezados por los aquí editores Joan S. Luna (Barcelona, 1967) y J. de Montfort (Castellón, 1977), escarban en la carrera, el mensaje, la época y las circunstancias por las que C. Tangana siempre ha conseguido todo aquello que se ha propuesto.

“C. Tangana. Del rap crudo a la alfombra roja” no es una biografía. El libro desvela las razones y la trayectoria que le han servido a su protagonista para avanzar el futuro, sin dejar de lado las características de su tiempo, imprescindibles para asimilar su impacto. El relato, por tanto, comienza en la época de Crema, el alias con que hizo sus primeras canciones, que lo colocaban en la órbita del rap tradicional del país, pero cuyas letras evolucionaban para conformar un carácter definitorio y una forma versátil de entender su proceso creativo.

El texto recoge el cambio de paradigma provocado por la evolución de Agorazein, primera formación de C. Tangana y la efervescente escena musical que abría la era trap a mediados de la década pasada, contemplando las figuras más representativas y, por supuesto, los beef con algunos de sus coetáneos, como Los Chikos del Maíz o el propio Yung Beef. Además, no deja de lado la lectura que de este magma realizó Pucho y que le valió para dar un paso definitivo. A él no le valía ser el más grande en su circuito, sino que, con la misma obstinación, quería colocarse en la cima del mundo.

La génesis de “El Madrileño”, describen los autores, no se entiende sin el periplo de Pucho por Latinoamérica, maravillosamente narrado por el argentino Adriano Mazzeo, y su voluntad de entender a las principales figuras del continente, desde Héctor Lavoe a Andrés Calamaro. Porque no es la ya extinta bravuconería, sino su amplia curiosidad y lo obsesivo de su carácter lo que han convertido a C. Tangana en lo que es. Uno de sus colaboradores comentó en privado que para componer “Comerte entera”, Pucho había escuchado durante semanas “toda la música brasileña que un ser humano es capaz de escuchar”.

Pese a las influencias, el título de su obra más aplaudida y su último alias en lo musical, “El Madrileño”, no es casualidad. Luis María Maínez pone el acento en cómo su último disco resignifica la capital española, “es una premonición y una narración audiovisual de la ciudad que Madrid empieza a ser y será”. En las adictivas páginas se recoge las incursiones en el mundo de la moda, la influencia de músicos como Drake y la visión de la industria. Y cierra con la asimilación del audiovisual como un nuevo peldaño con el que completar sus aspiraciones.

El ensayo se antoja como un título imprescindible para entender la dimensión y la repercusión de Antón Álvarez Alfaro. Se cuenta a través de miradas incisivas y hondas, también la de algunas de las personalidades que conforman su particular universo: Alizzz, el Niño de Elche y Raül Refree. Cuenta además con un pormenorizado análisis de la lírica bajo la que subyace el ethos de un personaje marcado por las contradicciones, que ha contrapuesto a su chulería castiza una descomunal generosidad para actualizar a quienes el paso de los años quitó lustre. El texto colmará a los incondicionales de C. Tangana y generará nuevas adhesiones entre los que quieran entender una figura que da significado a su tiempo. ∎