Un título en negativo no tiene por qué ser un mal título para un libro. Es, de hecho, una declaración rotunda. Y en este caso sirve a la autora de “Este no es otro libro de Pearl Jam” para posicionarlo como obra de fan para fans, o hardcore fans. Se dice a sí misma, mientras lo está escribiendo, que definitivamente es un libro escrito por una fan de Pearl Jam. Lo es, sin duda. Pero Marta Terrasa (Palma de Mallorca, 1986) es periodista musical, y una periodista se debe al dato, no solo a la emoción, de ahí que su historia compartida de la banda de Seattle se nutra, entre otras fuentes, de información procedente del paper en el que trabajó durante su estancia universitaria en San Diego, California.
Lo hace para explicar cómo los de Eddie Vedder se enfrentaron al Goliat Ticketmaster; a posteriori, la autora abordará la gran contradicción que rodea los precios de los shows actuales con respecto a ese pasado combativo. Las fuentes testimoniales están relacionadas con la comunidad de fans del grupo, entre ellas está el coautor de “I Am No Guide, Pearl Jam Song By Song” (2024), Brian Stipelman, quien apunta un hecho muy cierto: cuando se prescinde de la ironía y se escribe a corazón abierto, difícilmente se pasa el filtro cool. Esto influye en que la banda cimente su base de seguidores en gente de la Generación X y descendientes de estos fans, con toda probabilidad. Pese a que sigan publicando discos decentes, como “Dark Matter” (2024).
Terrasa ha querido contar “su historia con Pearl Jam” –partiendo de esa espina que es no haberles podido entrevistar, todavía– y eso está clarísimo desde el principio. No escatima en relatos autobiográficos, ni en acontecimientos que suceden en el momento de la escritura, como su embarazo. Nos retrotrae a una época sin bufé digital ni algoritmos, donde las transmisiones musicales se producían a través de un hermano mayor afín. Además, cada objeto de memorabilia que expone en las páginas (como polaroids preciosas frente al actual empacho visual) o cada acto del pasado (conciertos, viajes, historias de amor…) se impregna de un estilo que conecta con la propia esencia de Vedder, Gossard, Ament, McCready y sus sucesivos baterías: sentido de la comunidad, ética robusta, autenticidad. Terrasa pone mucho el foco, eso sí, en Eddie Vedder: siempre fue digno de ser adorado por su sentido y sensibilidad, quizá por eso no escatime en historietas con el cantante surfero como protagonista.
También se ocupa de la tragedia en el festival de Roskilde como ejemplo de resiliencia. Para un lector masculino del libro igual no importe tanto, pero, para una lectora, que la autora vindique a Pearl Jam como grupo feminista es de justicia: no se lo inventa, ahí están “Better Man”, “Elderly Woman Behind The Counter In A Small Town” o el momento Pro Choice de Vedder en MTV, que dejaría a más de un aliado actual a la altura del betún. Pero por encima de todo destacaría, y con esto finalizo, el efecto que tiene este libro en la joven que se pegó 13 horas de autobús a Barcelona para ver la gira de “No Code” en 1996, cantando “ohhh, I’m still alive”. ¿Se le puede deber la vida a un grupo? Aquella joven respondería que sí, estoy segura. ∎