Maximiliano Barrientos

Caja Negra inaugura su colección Efectos Colaterales con “Miles de ojos” (2021; Caja Negra, 2022), novela del boliviano Maximiliano Barrientos (Santa Cruz de la Sierra, 1979), un brutal despliegue ciberpunk que, en la leyenda de portada, Mariana Enriquez compara con J. G. Ballard y “Mad Max”. Y mucho de ello hay en sus páginas (podríamos añadir, además, fogonazos del David Cronenberg más lúcido, del William Gibson más cool y del William S. Burroughs más enloquecido).

Thriller distópico con banda sonora de black metal, “Miles de ojos” despliega su tensa imaginación en la creación de paisajes arrasados tras una hecatombe terminal por los que deambulan despojos humanos en busca de una redención imposible.

Cultos rendidos a la velocidad de los automóviles, altares donde se funden lo humano y su imbricación con la tecnología, restos de tribus errantes, la gasolina como la nueva sangre, un adolescente obsesionado con la muerte de su hermano mayor, una pandilla sin futuro arrullada por las bombas sónicas de Venom y Celtic Frost…

El autor de “Hoteles” (2011) y “La desaparición del paisaje” (2015) –publicadas aquí por Periférica– convierte la geografía de su Santa Cruz de la Sierra natal en un imponente campo de juego donde la weird fiction es la excusa para hablar de relaciones familiares oxidadas, de soledad y desesperación, de un no future espoleado por profetas de cromo y asfalto.

“Miles de ojos” –dedicado a Hidetaka Miyazaki, creador de los mundos virtuales de “Dark Souls”, “Bloodborne” y “Elden Ring”– huele a goma quemada y sabe a polvo contaminado y, anoten, está destinado a lucir con orgullo la vitela de “libro de culto” en el reciente canon de la literatura latinoamericana. ∎