Cuando creemos que la conocemos,
Amaarae da un nuevo giro a su estilo, amplía su personaje y deja sin respiración. Lo hizo con
“Fountain Baby” (2023), segundo álbum en el que su combinación de pop, R&B e influencias africanas (entre otras mil cosas, en una lista siempre creciente) incorporaba cuerdas persistentes e intensidad sentimental inesperada. Y vuelve a hacerlo, con particular énfasis, en el abrasador
“BLACK STAR”, definitivo asalto de la ghanesa-estadounidense al estrellato pop global.
Ama Genfi, como se llama realmente, se divierte y provoca más que nunca (sexo, drogas y bebida sin control) y prueba toda una variedad de ritmos en un disco como pensado para dominar los clubes más selectos del planeta. En contraste con el arpa y las cuerdas que abrían “Fountain Baby”, lo primero que suena en “BLACK STAR” es una aguda, casi hiriente línea de sinte en clave baile funk. Y cuando llega la voz de Amaarae, no lo hace en la forma de ese emblemático, dulce falsete, sino con un tono grave que acaba adquiriendo algo más tarde la agresividad del Kanye West de
“Yeezus” (2013). Desde ahí, cada corte es una nueva aventura, empezando por el arrebato house de
“Starkilla”, con cameo de Bree Runway, gancho atrevido (
“ketamine, coke & molly”) e inspirada interpolación del “Milkshake” de Kelis.
“Starkilla” es uno de los temas en que Kyu Steed, productor habitual de Amaarae, comparte créditos con Pablo Díaz-Reixa, alias El Guincho, también presente en esa
“She Is My Drug” con
sample del “Believe” de Cher y la final
“FREE THE YOUTH”. Otros invitados destacables aportan carisma vocal a composiciones que ya lo tendrían de sobra solo con Genfi: PinkPantheress participa en
“Kiss Me Thru The Phone Pt. 2”, especie de secuela del
hit de 2008 de Soulja Boy sobre una relación mediada por la tecnología; el veterano del R&B Charlie Wilson embellece la recta final de
“Dream Scenario”, y la supermodelo Naomi Campbell no elude sus polémicas en ese desafiante spoken word (
“controversial diva, no / I am the Black Star”) para una
“ms60” destinada a las pasarelas de Júpiter. Hay una gran variedad de productores y
featurings, pero Steed nunca abandona realmente el timón sónico, como tampoco Amaarae se deja doblegar por la personalidad de otros, lo que resulta en una obra tan ecléctica como cohesiva y convincente.
Amaarae va tan sobrada que puede dejar para pasado el ecuador, y no colocar al principio, ni como segundo tema, el definitivo
“S.M.O.”, fabuloso single en el cruce del highlife de Ghana con el techno de Detroit. Las siglas, por cierto, responden a “Slut Me Out”, algo así como “hazme sentir como una zorra”. La artista expresa sus deseos con mayor libertad y confianza en sí misma que nunca, al parecer después de haber pasado por un período tumultuoso que solo la hizo más fuerte. Más allá del éxito que consiga con este disco, ya es una verdadera estrella negra, como la que representa la libertad en la bandera de Ghana y a la que ella sustituye ingeniosamente, con el mejor descaro, en la portada de un álbum memorable. ∎