“Este álbum trata de los miedos y las luchas a los que me enfrento personalmente, así como de los que soportan muchos hombres negros: el colorismo, la exclusión y la cuestión de quién puede hablar en nombre de mi comunidad y por qué”. El trompetista y compositor Ambrose Akinmusire ya moldeó en su “Origami Harvest” (2018) una categórica denuncia que expresaba su crítica posición ante los déficits sociales, culturales y raciales de su país. Relegando el formato de cuarteto acústico, el músico norteamericano ensanchó entonces sus perfiles creativos desde una fructífera mixtura de hip hop, minimalismo de cámara, soul y jazz, a la que regresa en este “Honey From A Winter Stone” para suscribir un “autorretrato”, convertido en homenaje a aquella noción de “música orgánica” del pionero afroamericano Julius Eastman (1940-1990), sustentada en una cambiante arquitectura, enemiga por sistema de clasificaciones y etiquetas.
Para ello, Akinmusire retoma una nómina instrumental en la que repiten el fiel e indagador pianista Sam Harris y el ensemble de cuerdas The Mivos Quartet, dotado aquí de relevante protagonismo. La voz de Kokayi imprime carácter y argumentos a un discurso, completado por el colombiano Chiquitamagic en el sintetizador y el baterista Justin Brown y cimentado sobre exploradores desarrollos que diluyen los límites entre composición e improvisación, distantes de alineaciones convencionales.
Y para ello ningún vehículo mejor que cinco piezas de largo minutaje que se sitúan entre la casi media hora del misterioso y tornadizo cierre con “s-/Kinfolks” y los algo más de siete minutos del instrumental “Bloomed (the ongoing processional of nighas in the hoodies”), cuyo título conecta con aquel “A Blooming Bloodfruit In A Hoodie”, inspirado en el asesinato del adolescente negro Trayvon Martin en 2012, incluido en “Origami Harvest”. Tampoco falta una nueva alusión a su pasión por las rapaces nocturnas que bautizó su álbum precedente y debut en la etiqueta Nonesuch, “Owl Song” (2023), y que aquí se concreta en “Owled”.
Construcciones sonoras todas ellas en permanente transformación e inopinada ruta, dotadas de la exigida dosis de espontaneidad para saltar del entorno camerístico al punzante rapeado, de atmósferas abstractas a sincopados contrapuntos en lo que constituye el disco más expansivo y anguloso, también el más íntimo, de Akinmusire hasta la fecha. Y ahí quedan capítulos como“Muffled Screams”, surgido de una experiencia propia cercana a la muerte y de la consiguiente preocupación por su legado, para constatarlo. Todo ello da forma y sentido a un alegato colectivo que refleja con rotundidad las situaciones que censura. Un notable trabajo que apela tanto al sentimiento como a las ideas, liderado por un músico que posterga su rol solista en aras de un mensaje coral. Un reto para su autor pero también para todo oído inquieto interesado en tomar el pulso al jazz más poroso y comprometido. Música de hoy sobre problemas de siempre. ∎