Álbum

Bad Bunny

Un verano sin tiRimas Entertainment, 2022

A finales de 2020, después de publicar nada menos que dos álbumes e inventarse un tour sobre un camión en plena pandemia, Bad Bunny anunciaba, para disgusto de sus fans, que se tomaba un descanso musical. Por más que se prodigara en batallas de lucha libre americana o en series, lo que se echaba de menos era “un perreo sucio en La Placita”, como cantaba en “Te boté”, máxime después de dos años de pandemia, restricciones y confinamientos.

Tras este prolongado silencio (salvo por alguna que otra colaboración que sabía a poco), el puertorriqueño no solo regresa con un álbum que el mismo día de su lanzamiento se convirtió en el más escuchado en lo que va de año en Spotify, sino que se trata de un generoso trabajo que bien podría haber sido un disco doble en el que no faltan featurings (Bomba Estéreo, Tony Dize, Jhay Cortez, Buscabulla…) ni escarceos con otros estilos. Es precisamente la cantidad de géneros que toca una de las cosas que más llama la atención de “Un verano sin ti” tras una primera escucha. Bad Bunny ha declarado que no se ve haciendo reguetón toda la vida, y aunque ya le hemos visto experimentando con otros palos, como el bolero “Flor” que cantó con Los Rivera Destino en 2019, aquí va más allá.

En “Después de la playa” se marca un mambo del que sale más que airoso (poco después del lanzamiento del disco de viralizaba un TikTok en el que miles de personas lo bailaban en las calles de Puerto Rico como si se tratara de una flashmob). En “Yo no soy celoso” se enfrenta al machismo interiorizado de los celos a ritmo de bossa nova: “Te quiero pa’ mí na’ má’, y eso e’ egoísmo / Me pongo celoso sin razón y eso es machismo, ey / Un bofetón pa’ mí mismo”, canta Benito. Y hasta se zambulle en el pop más clásico en “Un coco” y “Otro atardecer”. Pero una de las grandes sorpresas es “El apagón”, en la que se tira de cabeza al EDM mientras se queja de las leyes que están permitiendo la especulación inmobiliaria en Puerto Rico y en la que canta su novia Gabriela Berlingeri porque, como el propio Benito ha declarado, la canción era demasiado personal para encargársela a una colaboradora. No es la única canción en la que Benito usa la música para poner sobre la mesa cuestiones sociales: en “Andrea” se hace eco de un feminicidio en el que además se terminó culpando a la víctima.

Tampoco faltan las canciones que llevan el sello ya característico de Bad Bunny, desde “Un ratito”, con su clásico ritmo de reguetón, pasando por el “Party” que se monta con Rauw Alejandro, hasta “La corriente”, que firma junto a Tony Dize, o esos “Ojitos lindos” a los que canta con Bomba Estéreo.

Son grandes momentos del disco que corren el riesgo de pasar desapercibidos ante la avalancha de experimentos sonoros, colaboraciones y canciones, porque si hay otra cosa que llama la atención es la duración del álbum: casi hora y media. Es precisamente la extensión la que hace que cueste más adentrarse en “Un verano sin ti” que en otros trabajos del Conejo Malo o que incluso llegue a dar la impresión de estar ante un batiburrillo de canciones sin desbrozar, pero basta un poco de tiempo para darse cuenta de que nos enfrentamos a un trabajo redondo que además se postula a clara banda sonora del verano. ∎

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