Álbum

Cat Power

Moon PixMatador-Caroline España, 1998
Recuerdo perfectamente la primera y única vez que vi a Chan Marshall, o sea, a Cat Power. Fue en los camerinos de la sala Maravillas, tras un concierto de Smog y una noche en que ambos tocaban en escenarios diferentes y a la misma hora. Abrió la puerta y, sin mediar palabra, comenzó a besarse con Bill Callahan. Quizá fue su forma de agradecerle que le hubiese dejado versionar “Bathysphere” en su anterior disco. Puede que fuesen ya grandes amigos. O que estuviesen enamorados. Quién sabe. A mí me hizo ver la cara humana e indefensa de dos artistas que dan todo lo que tienen, incluso lo que no tienen. Que aquello durase o que quisieran que durase no lo sabemos ni nos debe interesar, pero lo que sí está claro es que el cuarto disco de Cat Power es su trabajo más sereno, maduro, perfilado, hi-fi, hermoso y equilibrado. Y que habla del amor como debe hacerse, de la forma menos paranoica posible, casi con timidez, con medias sonrisas y la sabiduría del que ya se ha acostumbrado a todo tipo de monstruos.

Acompañada de Jim White y Mick Turner de los Dirty Three (habituales también en las últimos trabajos de Will Oldham), nos entrega un álbum de folk misterioso, nanas llenas de claroscuros, cálidos estribillos, melodías íntimas y un montón de historias de esas tejidas gracias a un puñado de tomas falsas grabadas en la memoria. No es fácil compararla con nadie, ni siquiera con sus influencias, no sé, Bob Dylan o las Throwing Muses, Suzanne Vega o Palace, aunque “Moon Pix” tiene un sabor parecido al “Exile In Guyville” de Liz Phair. Con canciones melodramáticas (“He Turns Down”, “Metal Heart”), tristísimas (“Say”, “Cross Bones Style”), minimalistas (“Back Of Your Head”, “Peking Saint”), y llenas de matices, porque todas las mencionadas encontrarían cobijo entre cualquiera de los paréntesis. Y es que parece que tocar la guitarra sea para Chan como tocar un arma de fuego, y lo hace con cariño, con delicadeza, incluso cuando nos habla de las cosas más dolorosas con esa voz tan frágil, de las cosas más frágiles con esa voz tan dolorida. Cat Power tiene una chistera y de ella se ha sacado un disco mágico, rico, hermoso por dentro y por fuera. ∎

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