Zubeyda Muzeyyen, aka DJ Haram, es una DJ y productora estadounidense nacida en California, descendiente de emigrantes sirios y circasianos. Tras crecer en New Jersey finalmente se ha afincado en Nueva York, desde donde irradia una iconoclasta manera de entender la música. Su mezcla de electrónica, música experimental y hip hop se dio a conocer formando parte del dúo 700 Bliss, compartido con la insobornable poeta y activista Moor Mother. Tras debutar con el EP “Spa 700” (2018), su único álbum es el notable “Nothing To Declare” (2022), combinando beats aptos para el club, ruido abstracto y los indispensables fraseos concienciados, sin obviar la querencia de DJ Haram por los sonidos medio orientales, algo en lo que hace aún mayor hincapié en su álbum de debut en solitario.
Tras curtirse con varios EPs, esta artista de Brooklyn demuestra poderío en “Beside Myself”, incidiendo en su maestría mezclando ritmos bailables, drones experimentales, hip hop, constantes guiños a los sonidos de sus ancestros y haciendo gala de una buena agenda de amistades. En la inicial “Walking Memory” todo es abstracto. Hace falta llegar a “Remaining” para comprobar su potencial aglutinador, con la participación del rapero palestino Dakn y el trompetista Aquiles Navarro (Irreversible Entanglements); este añade un fondo soundscape, a lo Fourth World de Jon Hassell, a un tema dominado por las voces de Dakn y DJ Haram, dialogando pausadas en armonía con el mood instrumental.
El título y la críptica letra de “Fishnets” (medias de rejilla) le sirve como metáfora para hablar de un pasado más salvaje y liberado sexualmente, en un torrente de rimas de acento old school servido por las voces empoderadas de BbyMutha y sha ray y el contrapunto masculino de August Fanon.
No puede faltar su querida Moor Mother, encargada de potenciar el ambiente apesadumbrado, oscuro y opresivo de un “Lifelike” que empieza “I see god and I can’t stand him / I see evil I can’t handle” (“veo a dios y no lo soporto / veo maldad que no puedo manejar”) para hacer cierto lo que afirma, que su álbum es una respuesta al “present global hellscape” (actual infierno global), ya que, según ella, la música tiene capacidad para curar y galvanizar, destacando la diferencia que hay entre “la música que hace que aceptes pasivamente la ideología neoliberal y la cultura de consumo y la música que te hace pensar” y rematando con “uso la música como un medio donde puedo generar ideas”.
También explica que creció en una comunidad de turcos, árabes y musulmanes, lo que la expuso a la música de Oriente Medio, además de poder disfrutar de la colección de casetes de su padre y de la darbuka que tocaba su tío. Para alejarse de ello, en su adolescencia, se involucró en la escena punk, noise y rap de Nueva Jersey, antes de focalizarse en la música de baile, cuando se trasladó a Filadelfia en 2012. Todo ello ha dejado huella en su sonido. Así, los detalles medio orientales afloran en el primer single, “Voyeur”, un tema instrumental con cuerdas quejumbrosas y percusiones sincopadas, o en un “Loneliness Epidemic” en el que entre frenéticas percusiones intercala samples de pastores llamando a sus rebaños.
La lista de featurings es larga. En “Stenography” aparece Armand Hammer, el dúo integrado por los adalides del rap experimental billy Woods y Elucid, junto a los que aborda el espinoso tema de la dificultad de encontrar la verdad objetiva en tiempos de desinformación, en una queja en la que los fraseos desacomplejados y manipulados conviven con ruido de fondo y samples mediorientales. Otra andanada poco complaciente la ofrece en “IDGAF” junto a Abdul Hakim Bilal, un músico procedente del campo de la improvisación que esparce riffs lúgubres de guitarra en un tema que, moviéndose entre la letanía metálica, unas voces cacofónicas y una percusión que parece una darbuka, resulta tan abracadabrante como seductor.
En la miniatura “Badass” lo que destaca no es la colaboración de Carmen Nebula, sino el outro final de Nawal El Saadawi (1931-2021), escritora, feminista y activista egipcia que recita, traducido, algo que sirve para reflexionar: “En casa, nos detienen / El padre, la madre y los familiares / Y luego, cuando vamos a la escuela, nos detienen / Así que dejamos de ser creativos y dejamos de ser disidentes / Y nos convertimos en lo que somos, ¿sabes? / Nos adaptamos / Así que ese es el problema / Porque no creo que las personas creativas sean únicas / O que tengan ciertos caracteres geniales, no creo en eso / Pero nuestra creatividad, nuestra disidencia, se mata cuando somos niños”. Otra personalidad egipcia que participa, en este caso actual, es El Kontessa, DJ, productora y artista multidisciplinaria cairota que en “Sahel” la ayuda a elaborar una especie de drum’n’bass deconstruido. Y hacia el final incluye otro tema, el meditativo, triste y afligido “Who Needs Enemies When These Are Your Allies?”, con un solemne piano y una coda vocal que termina como un latigazo: “stand the fuck up”, que se puede traducir como “ponte en pie, joder”. Pues eso. ∎