Álbum

Fire!

DefeatRune Grammofon, 2021

Las notas persistentes al metrónomo del contrabajo de Johan Berthling, el juego de caja y platillos de Andreas Berliin y la flauta de soplido tenso y brusco de Mats Gustafsson nos introducen en el primer corte de “Defeat”, que no es una derrota ni un fracaso, aunque ahora nos sintamos a veces derrotados y fracasados. La flauta desaparece pronto, a los tres minutos de un tema que dura nueve, “A Random Belt. Rats You Out”, para ser sustituida por el proteínico saxo barítono de Gustafsson. Pero el lance free jazz que se avecina queda atenuado, como ocurría a veces en la música del sexteto de Keith Tippett, por la intromisión de otros dos instrumentos de viento, un trombón y una trompeta, que le dan un contrapunto y un colorido distintos a la pieza. Los tocan Mats Äleklint (también tañe el sousáfono, un tipo de tuba más profunda aún que el trombón) y Goran Kajfes, respectivamente, los dos invitados a la fiesta particular que se han montado Fire!.

Una cosa bien distinta es el siguiente tema, “Each Millimeter Of The Road, Part 1”, con una introducción electrónica infecciosa y una flauta (ahora mismo el instrumento preferido de Gustafsson) entre lírica y angustiada a la vez que ideal para un tema del género exótica. La segunda parte de este corte es modélica en cuanto a la propuesta más sosegada del trío, con el juego permanente de saxo y trompeta, el sousáfono marcando el ritmo junto al contrabajo y la libertad de la batería en el intersticio. El juego de percusión y el entramado de vientos de “Defeat (Only Further Apart)” se acercan a la exploración de la música africana del Art Ensemble Of Chicago, mientras que “Alien (To My Feet)” revive el sosiego espiritual de John Coltrane tanto en la narrativa del saxo como en la escritura, otra vez entre elegiaca y urgente, de la flauta.

“Defeat”, quinta entrega del terceto, en la carretera jazzística desde el 2009 –cuatro años después darían forma a la más expansiva Fire! Orchestra–, es un disco concentrado, de tan solo treinta y seis minutos, con el que Gustafsson sigue marcando el territorio más allá del free jazz, más allá de la vanguardia, lejos de cualquier corsé. ∎

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