Ahora hace poco más de un año supimos que Yung Beef había estado casi un trimestre completo ingresado en el centro de desintoxicación Montealminara de Málaga: desde entonces lo hemos vuelto a ver dar entrevistas lúcidas de las que tan bien le han salido siempre, dar conciertos relativamente sólidos que a muchos les han parecido los mejores que ha dado –a mí no: solo es que hay mucha gente que quiere ver en Fernandito el artista que siempre pudo ser y que ya nunca será, y realmente solo es la opinión del mismo Gálvez al respecto la que importaría aquí– y lanzar un par de álbumes que básicamente pretenden algo así como retomar las cosas donde, por circunstancias de la vida, más o menos externas, más o menos controlables, se quedaron hacia 2018.
En marzo, el rapero granadino lanzó junto a otro “desaparecido”, Goa, el segundo volumen de “Traumatismo kraneoencefálico” reelaborando la parte más emo de su discurso, pero quedando muy lejos de los cores extremos que ahora dominan estas escenas que han regresado, paulatinamente, en los últimos tiempos, a sus orígenes ultradigitales – “Ultra Violence” es el mejor ejemplo porque es fácil imaginarse lo que podrían hacer con ella Fakemink, Jane Remover u OsamaSon–. Y ahora ofrece una nueva vuelta, la tercera ya, a su serie “EL PLUGGG” con “EL PLUGGG 3 OVA 1”, y el resultado es un poco el mismo: El Seco usa los conceptos para agrandar el lore de su discografía y para darle mayor entidad de la que tienen a ambos trabajos, pero salvo por sus colaboraciones y algunos toques que identifican a cada uno, los detalles digitales y de videojuego del plugg y las guitarras y distorsiones del otro, no hay realmente diferencias sustanciales entre los dos, que ofrecen la experiencia de lo que en 2025 funciona como un disco estándar de Yung Beef: está bien, siempre un poco triste, siempre un poco G, pero también cansado. Y no está demasiado preocupado por plantear alguna novedad.
Su rap, de hecho, es ahora mucho más confesional: en “Traumatismo kraneoencefálico II” dominan –salvo en las salidas de guion más interesantes: “XOXO”, con una flauta dulce haciendo el sinte más épico de la producción, o esa desolada visión de la madurez que es “Sex Pistols”, con su featuring épico de Sticky M.A.– las declaraciones de desamor, las decepciones provocadas por todos los que una vez se consideraron leales, los sufrimientos, los estragos de las relaciones tóxicas en todos los ámbitos. “A veces to’ se pone mal y no tengo a quien rezar, le pido a Lucifer / Mi mama dice: ‘Cuidao’ solo quieren billete’, ellos no te quieren ver bien”, dice con su tono castigado, ronco, susurrado y oscuro, en “Never Gon End”. “Tengo que dejar to’a esa mierda que hacía”... Y “EL PLUGGG 3 OVA 1” sigue realmente los mismos caminos y emplea para comunicarlos la misma forma de beats de trap y bajos implosivos.
Este, sin embargo, y aunque sea solo por su diseño sonoro más aventurado y por un tono menos constreñido por el peso de lo emo, deja algún momento más interesante, sobre todo en el tridente que forman la experimental “ZKITTLEZ”, con su hipnótico fondo de sonidos de videojuego, la explosiva “JUAN DE DIOS” y la pesada “EL CORTE INGLÉS”, pero en general la tónica es la misma. Solo cambia el branding, el escenario, y ni por asomo el concepto: si “Traumatismo” evoca “Castlevania” y los castillos de Drácula, en “EL PLUGGG” Yung Beef utiliza la tipografía de la saga de mechas “Gundam” y todo tipo de efectos relacionados con el subgénero de anime, puro “Armored Core”, para construirse su traje robótico, y lo junta con el sexo y el gangstereo soltando también referencias a “Stellar Blade” –souls sci-fi que causó revuelo en redes por la sexualización plenamente consciente e intencionada por parte de los desarrolladores de su protagonista femenina– o al “Need For Speed. Underground 2” para terminar de configurarse este personaje armado hasta los dientes, pero sensible por dentro, con un corazón humano. Ese es básicamente el Yung Beef con el que tenemos que quedarnos: con el soldado underground que sigue negándose a doblarse a los intereses de nadie: la industria, sus colaboradores, sus propios deseos, sus mismos fans. ∎