Álbum

Ibeyi

Spell 31XL-Popstock!, 2022

Lo que siempre me ha llamado más la atención de Lisa-Kaidé y Naomi es su perfecta simbiosis, el encaje sin fisuras de dos hermanas que no solo son gemelas, sino que en ocasiones parecen un ser bicéfalo, con rasgos distintivos en cada una de sus cabezas pero con un único corazón que late y da vida a dos personalidades que guardan sincronía tanto en pensamiento como en acción. Sus vídeos atesoran una curiosa simetría, perfectamente estudiada, en la que cada una de ellas parece hacer de espejo de la otra, cumpliendo el rol de antagonista y de complementaria al mismo tiempo. “Sister 2 Sister”, un maravilloso corte que ha extendido la alfombra roja para este nuevo disco de Ibeyi, parece ser una oda al amor y compenetración entre hermanas que se miran, se acarician y se miman, retorciéndose como las dos serpientes del caduceo. La portada también es un buen ejemplo de esa complementariedad.

El halo de misterio que envuelve su música ya estaba presente en sus dos obras anteriores –“Ibeyi” (2015) y “Ash” (2017), donde exploraron temas como la feminidad, el racismo, el peso de la saga familiar, la muerte…–, pero ahora más que nunca se han centrado en la curación espiritual y la magia. De hecho, el álbum se abre con la deliciosa “Sangoma” (en alusión al practicante de medicina tradicional) y el disco en general y especialmente “Made Of Gold”, otro de los temas más sobresalientes junto al rapero gambiano-británico Pa Salieu, están inspirados en el Libro de los Muertos egipcio.

Además, el asunto viene acompañado y validado por un ensayo de la activista y narradora Janaya Future Khan, que aporta un marco teórico para intentar comprender las intenciones de las gemelas Díaz en este nuevo trabajo.

En él han vuelto a confiar en su productor habitual, Richard Russell (XL Recordings), que aporta un mullido colchón de electrónica oscura en el que el eco de los tambores de los ancestros de Lisa-Kaindé y Naomi adopta el tono de beats crujientes y minimalistas.

De todas maneras, y a pesar de todo lo dicho, el álbum sufre de marcados altibajos; con la excepción de los tres temas ya mencionados, la fuerza compositiva baja y se echan en falta cortes de mayor brillo y alcance. Tampoco las colaboraciones –la cantante Jorja Smith o el rapero de Trinidad Berwyn– consiguen elevar el tono de un disco con momentos excelentes aunque también con algo de relleno, rico en atrezo pero falto de temas capaces de mantener el interés y el asombro en todo su minutaje. ¿Quizá las hermanas Díaz deberían replantearse la dirección de su propuesta musical de aquí en adelante? ∎

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