Aunque la producción discográfica de
John Zorn continúa a un ritmo al que es casi imposible seguirle la pista, en muy pocos de los discos editados por Tzadik en los últimos años podemos escuchar al saxofonista neoyorquino soplando su instrumento de referencia, más centrado en la composición y en el ensamblaje de músicos que lleven a buen puerto sus partituras. No es el caso de
“Memories, Dreams, And Reflections”, cocinado a medias con la batería de
Dave Lombardo (Slayer, Fantômas, Dead Cross, Suicidal Tendencies, Mr. Bungle, Misfits y docenas de cosas más): aquí el saxo alto de Mr. Zorn está
on fire durante todo el trayecto, treinta y ocho minutos improvisados de puro jazz ardiente –párense en los compases iniciales de
“Sacred Beasts”, el primero de los nueve cortes del lote– capaz de derretir los aparatos auditivos más curtidos y de dejar en paños menores a los supuestos practicantes de rock extremo. La batería de Lombardo, casi siempre minimalista y sin florituras, crea el entorno perfecto para que las notas del metal vayan construyendo verdaderos tifones de sonido donde lo
free se hermana con lo lírico –
“Brethren”– y donde los remolinos encuentran esporádicos refugios en una especie de ambient deconstruido –
“Timestead”–.
“Scimitar” y
“Santería” ponen frente al espejo al Zorn más punk y
“Tractatus”, la pieza más extensa del lote, es puro post-bop alienígena, mientras que
“A Dangerous Requiem” hace malabarismos entre la introspección y la explosión controlada.
“Memories, Dreams, And Reflections”: un verdadero manjar para los acólitos del John Zorn intérprete y otra muestra (cuenten si quieren, o pueden) de la oceánica creatividad de un músico que, a punto de cumplir los 72 años, sigue tan libre e insobornable –aunque tuvo que doblegarse ante la dictadura del
streaming– como el primer día. ∎