Kali Malone featuring Stephen O’Malley & Lucy Railton

La compositora estadounidense Kali Malone (Denver, 1994) utiliza órganos, electrónica y performances site-specific para explorar el efecto de los sistemas de afinación y las duraciones prolongadas. Nacida en Colorado, se introdujo en los círculos musicales underground cuando era adolescente y vivía en Denver. Un encuentro fortuito con la compositora sueca Ellen Arkbro dio lugar a una amistad transatlántica, y Malone viajó a visitar a su colega compositora a Suecia, donde terminó trasladándose a vivir en 2012.

Aunque de formación clásica como cantante, Malone estudió composición electroacústica en el Royal College Of Music de Estocolmo. Su investigación se centró en los sistemas de afinación y un complemento práctico de ello fue un largo aprendizaje con el organista Jan Börjeson, con el que trabajó con instrumentos de toda Suecia. Fue así como Kali empezó a componer para órganos de tubos en el conservatorio de música de Estocolmo.

En paralelo, Arkbro la animó a formar parte de instituciones musicales suecas como el Elektronmusikstudion (EMS) y el Fylkingen de Estocolmo, que alimentaron su interés por los sintetizadores y las cintas, y el uso de órgano, electrónica e instrumentos acústicos han sido las claves del núcleo principal de su trabajo discográfico desde 2016.

Su trabajo más reciente es “Does Spring Hide Its Joy”, una grabación en formato trío con el guitarrista Stephen O’Malley –de Sunn O)))– y la violonchelista británica Lucy Railton, en el que Malone cambia el órgano de tubos por los osciladores sinusoidales afinados en temperamento justo (los que sepan música entienden el concepto), y que ya presentó en directo en el mismo formato trío, en el MIRA Festival de Barcelona, el pasado 11 de noviembre con la proyección de una obra de vídeo analógico creada por la videoartista Nika Milano (después tuvo la oportunidad de tocar en solitario, gracias a la intervención del organero Albert Blancafort, fundador de la Asociación Catalana del Órgano, los órganos de la Sagrada Familia, la catedral de Barcelona, el palacio Güell y la iglesia de Sant Felip Neri). La experiencia de Malone con la afinación de órganos de tubos, la teoría armónica y la composición de larga duración son los principales puntos de partida de esta obra minimalista pero extensísima, de duración variable según el formato: dos horas, en tres elepés; tres horas, en tres CDs (y cinco horas en formato digital, donde se ofrecen, correlativamente, las dos versiones).

Aunque en el disco intervienen O’Malley y Railton, la música es de Malone y ella compuso específicamente las partes a interpretar por sus compañeros de proyecto. No hay, por tanto, predominio o protagonismo de un músico sobre otro en la elaboración de un drone que cambia sutilmente, como en las obras iniciales del movimiento minimalista, en las que había que adelantar aleatoriamente la aguja del tocadiscos para notar cómo, efectivamente, la música que sonaba no era la misma en intervalos de, pongamos por ejemplo, cinco minutos.

“Does Spring Hide Its Joy” se gestó en Berlín en medio del confinamiento por la pandemia de COVID-19, entre marzo y mayo de 2020. Aprovechando que todo estaba parado y vacío, recibió la invitación para trabajar en los estudios Funkhaus Berlin, de la antigua República Democrática Alemana, en los años de la Guerra Fría, para componer una pieza utilizando sus espacios.

Sin embargo, no se puede achacar a la pandemia el sonido sombrío y austero del disco, ya que, tal y como se pudo comprobar en sus dos discos previos, los que cimentaron la fama de Malone –“The Sacrificial Code” (2019) y el breve “Living Torch” (2022)–, ese es el sonido hacia el que ella tiende: un inmovilismo melancólico que hipnotiza; un minimalismo sin adornos, desnudo, que remite inexorablemente a la obra de dos grandes compositoras minimalistas como son la estadounidense, ya fallecida, Pauline Oliveros y la muy veterana compositora francesa, y aún activa a sus 91 años, Éliane Radigue (habría que incluir también, entre los referentes, a otro anciano y activo compositor estadounidense, Phill Niblock, que en octubre cumplirá 90). Y es en la comparación con estas grandes figuras de la música del siglo XX con la que la obra de Malone palidece: no porque sea de menor calidad, sino porque todos ellos se adelantaron casi sesenta años en la realización de este tipo de estructuras sonoras, de las que las de Malone son tan similares. ∎