Álbum

Laura Groves

Radio RedBella Union-[PIAS] Ibero América, 2023

Laura Groves lleva ya quince años publicando, bajo un nombre u otro, música melódicamente sublime, sónicamente espaciosa e indeciblemente bonita. Como Blue Roses jugó en la liga del folk más pastoral y llegó a publicar un álbum homónimo en 2008 en XL. También subyugó (medio secretamente) con las pocas canciones de Nautic, su proyecto soft rock con Bullion y Tic. Ya a su nombre, llevaba publicados hasta ahora un puñado de EPs, uno de ellos bastante definitivo: “Committed Language” (2015), en el que depuraba su particular híbrido de dream pop con pop de autora de los setenta.

Decimos “bastante” antes de “definitivo” porque faltaban por llegar “A Private Road” (2020), su primer EP para Bella Union, y este glorioso álbum llamado “Radio Red”, en los que Groves suena si cabe aún más segura de lo suyo, de su propio camino, de un rumbo alejado del mundanal ruido e inmerso en el potencial de la balada. Eso es lo que puede leerse en su bio de Facebook, sin más: “baladas”. Y a mucha honra.

El título de “Radio Red” hace referencia, según ha contado la propia artista, a las luces rojas de las dos torres de antena de radio que puede ver desde su estudio, ese donde ella misma compone, produce y graba sus propios temas. De esta visión acabaron emergiendo las temáticas principales del álbum: la comunicación o su falta, la dificultad para abrirse paso entre las señales entrecortadas de la memoria.

Groves no tiene problemas para comunicar, aunque su delicadeza podría ser entendida por algunos como debilidad. Todo lo contrario: esta clase de suavidad derrota. Porque en la inicial “Sky At Night” asoman referentes del nivel de Kate Bush (nombre habitual con ella) o, cuando llega el falsete agudo del estribillo, Minnie Riperton (Groves ya miraba hacia el soul en su antigua joya “Mystique”). O porque Olivia Newton-John parece cantar una composición de Carole King en “Good Intention”, en la que aporta coros Sampha, a quien conoce desde tiempos casi inmemoriales; tocaba sintes en “Freedom Of The Floor”, de Nautic. A este se le escucha más y mejor, sin que llegue el dueto en toda regla, en una “D 4 N” que va creciendo en rotundidad synth sin perder sutileza.

Otra gran perla del disco, “Synchronicity”, ejemplifica la habilidad de Groves para crear texturas a partir de la poco obvia superposición de capas, a veces de su propia voz. Por su concentración en los misterios vocales y en una guitarra de líquido reverb, el tema tiene algo de This Mortal Coil, en versión más luminosa que gótica, eso sí. La ex Blue Roses vuelve a lucirse como cantante en “I’m Not Crying”, balada quietamente desaforada con pico emocional en versos tan contradictorios como “I’m not crying, baby, please” o “come back and leave me alone”.

Ya armada de un piano de cola (en “Sarah”), sacando brillo a la caja de ritmos (en “Any Day Now”) o recuperando su querido fingerpicking (en “Silver Lining”, muy Aimee Mann), esta artista a reivindicar hace una constante demostración de tranquila autoridad a todos los niveles. Debería ser su disco de consagración definitiva. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados