Un día, NewDad hicieron las maletas y cambiaron los pubs de Irlanda por la jungla de Londres. En una primera fase, su disco “MADRA” (2024) conquistó a una prensa entregada en elogios y los llevó de gira con sus ídolos (Fontaines D.C. y Pixies). Ahora, en una segunda etapa, el shoegaze y el dream pop de “Altar” llegan para contar la otra cara del cuento, la resaca y el sacrificio detrás de ese sueño. Primero, con la marcha de la última bajista Cara Joshi, NewDad se quedaron en formato trío: Julie Dawson (voz y guitarra), Sean O’Dowd (guitarra) y Fiachra Parslow (batería). A eso se suma que este último no participará en la próxima gira por motivos de salud mental. Entre tanto drama, Julie Dawson se desmarcó con un proyecto propio, “Bottom Of The Pool” (2024), un experimento electrónico raro pero adictivo que bien merece su rato de escucha.
No hace falta buscar más explicaciones para entender por qué “Altar” suena tan marcado por la melancolía y el desasosiego, aunque, curiosamente, es justo ahí donde encuentra su fuerza. Incluso hay una sensación de optimismo que se filtra por momentos. El disco abre con “Other Side”, una nana preciosa de aire gótico. Dawson canta que querría estar en cualquier lugar menos allí, y tras esos primeros versos y acordes, el estribillo crece poco a poco hasta estallar con “When I close my eyes / So maybe I’ll see it / On the other side”. La pegadiza “Heavyweight” gira en torno a las expectativas poco realistas que se imponen en la industria músical mientras “Pretty” se mueve entre la producción brillante de los noventa y las guitarras dream pop para hablar de la idea de hogar. Rememoran ese lugar familiar que, incluso en los días más grises y húmedos, sigue siendo el más bello y al que siempre se quiere regresar.
La estridente distorsión casi grunge de “Roobosh” evoca las tensiones que impregnan la vida de una banda. Las cosas se ponen igualmente ruidosas y verdaderamente conspirativas en la difusa “Misery”, con las guitarras staccato, donde la voz de Dawson encuentra vacío, desgaste y una ciudad que devora lo que queda de ella. Es exquisito el nivel de detalle en la instrumentación de “Sinking Kind Of Feeling”, con un sonido más suave e intrincado y con imágenes religiosas que capturan la nostalgia que impulsó el álbum.
Cuidado con “Puzzle”, un tema camuflado en el ecuador pero con una potente frase pegadiza –“I’ll say what you want me to say”– más propia de Matthew Caws y que precede a “Entertainer”. Ambas aparecieron en el EP “Safe” de mayo de 2025, mostrando un primer adelanto de lo que “Altar” podría ofrecer y con un mensaje que suena más directo, casi como si se hablaran de sí mismos para decirse que tienen que parar. Pero es en momentos como “Everything I Wanted” donde Julie Dawson demuestra verdaderamente su capacidad para alternar entre la dulzura y la fuerza, con esa contradicción de cómo estar tan expuesto al mundo puede llegar a sentirse antinatural.
La tristeza más delicada se materializa en “Mr Cold Embrace”, una balada acústica que crece entre cuerdas y un aire de inquietud. Ni siquiera en la penúltima pista baja el nivel. “Vertigo” mantiene ese tono discreto, aunque suena más urgente y con los teclados ganando protagonismo. El cierre con “Something’s Broken” se apoya en la inclinación del trío por las melodías oníricas y, con una cautela sorprendente, deja asomar un pequeño destello de optimismo en sus casi cuatro minutos y medio finales. Esperemos que sea una buena señal.
El crecimiento de NewDad es evidente y aún les queda tiempo antes de la crisis de la mediana edad. Si el padrino del rock gótico, Robert Smith, ha confesado llevarlos en el coche desde hace tiempo, algo estarán haciendo bien. Hay que entender “Altar” como un acto de consagración, un proceso doloroso pero inevitable que lo convierte en algo universal. Expresa lo perdido y lo encontrado en el camino. Solo a través del dolor, la pérdida y la frustración se puede volver a ver la luz. Que la encuentren. Alabado sea este altar. ∎