Patrick Watson

Si se visualizara la amplitud de onda de los siete discos publicados por Patrick Watson (uno en solitario y seis como banda), apenas se apreciarían variaciones considerables. Sin embargo, el cantautor canadiense sigue atesorando esa sensibilidad superdotada que le permite instalarse en pieles que se dejan acariciar. En “Better In The Shade” factura, bajo esa fórmula que singulariza su huella musical, un disco con longitud de EP (siete temas) con tal de adaptarse a los nuevos hábitos de consumo.

En esta ocasión la inspiración surge del período pandémico, cuando Watson recuperó horas de lectura pendientes a través de audiolibros: “Hijo de Jesús” (1992), de Denis Johnson, “Las olas” (1931), de Virginia Woolf, y otras recomendaciones que su esposa, la escritora Heather O’Neill, le iba depositando en su mesita de noche. Ese torrente literario es el que impulsa la lírica y la naturaleza creativa del nuevo cancionero del canadiense.

A nivel instrumental, el timbre sedoso de su voz se acopla de nuevo a un entramado sonoro a luz de vela. A veces el piano, otras veces refuerzos vocales femeninos, percusiones livianas, electrónica modular u otros sonidos sui generis creados para la ocasión conforman el acompañamiento principal a esa distinguida voz que invita a refugios otoñales y de alcoba.

“Better In The Shade” recibe al oyente con el sonido representativo de Watson: piano discreto, violines, arreglos florales y la voz susurrante de su artífice mayor, mientras que “Height Of The Feeling” se fortalece con virutas electrónicas espolvoreadas sobre el dueto romántico entre el músico americano y la cantante La Force.

De nuevo esas hechuras electrónicas que Watson incorpora a través de sintetizadores modulares, los mismos que ha aprendido a manejar gracias a su amigo Amon Tobin, enriquecen el vuelo nostálgico en “Little Moments”. Una rítmica en progresión y extractos de una celebración doméstica la convierten en una hermosa diapositiva familiar de un pasado que ilumina la memoria del presente. Esa misma instantánea desgastada por el tiempo que cobra forma de homenaje en “Ode To Vivian”, una miniatura a piano en que rinde pleitesía a la fotógrafa Vivian Maier.

No rebaja las pulsaciones melancólicas en “Blue”, tema en el que vacía ligeramente la producción para reducirla a una fina y tenue línea de acompañamiento por debajo de unos vocales modulados en dos frecuencias.

Cierra el embellecido trayecto con “Stay”, una pista donde recurre de nuevo a los revestimientos electrónicos para llenar el espacio sonoro con calidez; la que también aporta la cantante Sea Oleena como refuerzo vocal.

“Better In The Shade”: música para recordar. Música para generar vivencias para ser recordadas. ∎