Radio Futura

“La canción de Juan Perro” (1987), cuarto disco de Radio Futura, tiene unos innegables valores históricos: la banda irrumpió con él en el mercado iberoamericano y está considerado uno de los trabajos fundamentales de lo que se llamó rock latino. Formalmente resultó un disco ambicioso, el sueño nada quimérico que perseguían los Auserón y que luego ha forjado prácticamente toda la carrera en solitario de Santiago (no en vano su siguiente proyecto se llamó Juan Perro): mezclar rock y pop con salsa, merengue, reggae, rumba, jazz, blues, rhythm’n’blues, funk y hasta un tímido rap, citando sin ningún tipo de prejuicio a Edgar Allan Poe y a Peret.

Ambicioso en las letras (la sinuosidad ramblera de “La negra flor” y “Paseo con la negra flor”, la adaptación del poema de Poe “Annabel Lee”) y con la producción a cargo de Joe Dworniak (grabado en Nueva York, contó con el soporte de los metales de The Uptown Horns y las percusiones del cubano Daniel Ponce, lo que otorga un tipo de sonoridad urbana distinta en su mezcla de elementos hispanos, latinos y caribeños), “La canción de Juan Perro” es un canto a la mezcolanza, a la probatura arriesgada y sin miedo al fracaso, con sonidos que antes o bien no casaban o nadie se atrevía a fusionar. Elogio de la mezcla en un mismo tema: el órgano de rock tan sesentero y el piano completamente salsero en la parte final de “A cara o cruz”. O ese deje en la forma de cantar de Santiago Auserón sobre la métrica jamaicana de “Paseo con la negra flor”, punteada por solos de guitarra muy blues que no acaban de inflamarse del todo. Quizá no tenga una canción tan redonda como “Escuela de calor” (1984), pero es un álbum completo y complejo.