La historia de Sixto
Rodriguez es una muñeca rusa con dos o tres historias dentro. Es la historia de un cantautor folk-rock de Detroit, con sangre mexicana en las venas, que se recorrió los cafes
beatnik del oeste sin comerse un
torrao. Grabó unos cuantos singles que cayeron como piedras –sin hacer olas– y, finalmente, dos álbumes,
“Cold Fact” (1970) y
“Coming From Reality” (1971), que gozaron de igual no-fama en los Estados Unidos durante los setenta. Porque –historia
bizarra #1– el éxito de “Cold Fact” fue masivo en Sudáfrica, donde las crudas palabras de Sixto se hicieron populares entre la juventud más deslenguada. Y también porque –historia
bizarra #2– en menos de veinte años “Cold Fact” sería uno de esos santos griales al que los
crate diggers del sampleado acudirían en busca de ritmos funk-rock.
¿Y a qué suena pues ese pedazo de disco, una de las reediciones del año? Bien, “Cold Fact” mezcla soul-pop de la Motown, pop transatlántico a lo Turtles/Zombies, rock psicodélico sesentero, Arthur Lee sin residuo mariachi y funk lisérgico a lo Dennis Coffey. Esta comparación no es casual: Coffey, guitarra psicodélica para la Motown ácida (suyo es el desmelene del “Ball Of Confusion” de los Temptations), grabaría también en Sussex, el mismo sello, y pondría todas las guitarras que hacen ruidote en este álbum. Hay pop-folk protesta a lo P.F. Sloan o Phil Ochs en
“Crucify Your Mind” o
“This Is Not A Song, It’s An Outburst: Or, The Establishment Blues”, un genial recitado con rimas para morirse de risa (
“the mafia is getting bigger / like polution in the river”). Hay hits de pop-soul orquestado con letra explícita (la pegadiza
“Sugar Man”, una típica oda al camello como “Here Comes The Nice” de Small Faces, pero sin metáforas y al grano: “coca”, “dulce marihuana”, etcétera). Hay rock’n’roll ruidoso en
“Only Good For Conversation”, puro Blue Cheer-Cream. Y hay pizpireto pop
sixties con la letra sexy en
“I Wonder”, una de las causantes del exitazo en Sudáfrica (por la frase
“I wonder how many times you have sex”, aparentemente).
“Cold Fact” es un disco divertido sin querer, es serio cuando se lo propone y además suena endiabladamente
groovy. Háganse con él. ∎