Santiago Auserón / Vaggelis Tzeretas / Theodoros Karellas

Tenemos que preguntarle a Santiago Auserón qué secreto esconde para mantenerse tanto tiempo en la brecha cultural y tener además un aspecto tan joven. Su tupé aún compite en la misma liga que el de Chris Isaak, otro madurito desafiante. Es cierto que las buenas lecturas filosóficas pueden ser más efectivas para preservar la longitud de los telómeros que cualquier crema antiedad y sabemos que el ex Radio Futura se aplica las primeras con regularidad, un vicio que lo llevó a licenciarse de estos menesteres en 1977, doctorándose en 2015.

Gran adenda a su doctorado universitario sería “Nerantzi”, palabra de origen persa que en griego moderno significa “naranja amarga”, símbolo de Grecia. Su origen se da precisamente en las entrañas de Atenas, crisol del pensamiento lógico, ético y musical occidental, cuando Auserón descubre su nueva inspiración en los músicos rebéticos Vaggelis Tzeretas (buzuki, coros) y Theodoros Karellas (guitarra acústica, coros) mientras degusta una sopa vegetariana en algún restaurante de la ciudad de nombre sincrónicamente traducido como “musas”. Entendemos que le viene como anillo al dedo al poliédrico maño, siempre ávido de experimentar con la tradición. Recordemos también que Auserón acaba de dar merecido descanso a su alter ego del son y la rumba, Juan Perro, y que sigue girando ahora con su Academia Nocturna, otro nombre cargado de sentido que ha vuelto a sacarse de la chistera este mago lírico y antiguo maestro de la escuela de calor.

Grabado y mezclado en los 133 Studios de Atenas en noviembre de 2024, “Nerantzi” consiste en la adaptación al castellano por Auserón de nueve canciones inspiradas en el repertorio “turístico” de sus nuevos amigos atenienses, quienes también comparten coros y arreglos con el español. “Irenita” es el último single digital extraído del álbum donde Santiago canta con su reconocible vibrato “una pizquita de polvo blanco y algo de costo para fumarlo, y es que estoy loco por Irenita, su contorneo y su risita”, desafiando toda corrección política mientras se acompaña de la lira cretense de Iakovos Paterakis. En realidad fueron la antimilitarista “Batalla por la vida”, su “Bird On The Wire” particular con un evocador arreglo de cuerda –el violín de Christos Dalianis–, y la más rítmica “El color del alma” (“Negro, yo te doy la mano / amarillo, que soy tu hermano / rojo, que tu lamento es mío / blanco vela de navío”) las primeras canciones en ser traducidas al castellano.

Gracias a la siempre sospechosa casualidad, el músico español ha encontrado dos almas gemelas de corazón y nuevos sones como “Marea de alcohol”. Vale la pena repasar en este punto que el rebético es un estilo popular reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2017. Originalmente asociado a los bajos fondos, donde pululaba buena parte de la inmigración griega procedente de Asia Menor –territorios que Grecia perdió en la Guerra Greco-Turca de 1919-1922–, el estilo se caracteriza por combinar sentimientos de añoranza con la rudeza portuaria del Pireo con un sabor mediterráneo que entendemos muy bien.

En “Alborada en tono menor”, himno rebético desde los años treinta, la cantante de Fuengirola Anni B Sweet aporta su azahar andalusí a este cruce de caminos que parte de Turquía, hace esa larga escala en Grecia y alcanza ahora la Península Ibérica. Es el amor en su inmensa amplitud, todos sabemos que no siempre dulce –contrasten la deliciosa “Fedra” con “El desdén”, o sus propias experiencias–, el tema principal de este muy lorquiano “Nerantzi”, un disco de folclore urbano cuyos contrastes –ritmos, tonos, temáticas, instrumentos– ha sabido acentuar hábilmente su inopinado compilador, para terminar con la hechizante “Naranjo amargo”. Estamos deseando escucharla con las otras –y dos piezas más aparcadas de momento por razones editoriales– en la gira que ya empieza a anunciar Santiago Auserón junto a Vaggelis Tzeretas y Theodoros Karellas. Qué tío más grande. ∎