Álbum

Superchunk

Songs In The Key Of YikesMerge-Popstock!, 2025

Se pregunta de buenas a primeras Mac McCaughan si esto te hace sentir algo y la respuesta es un sí rotundo. Un sí de carrera por la banda, brazos en alto y camiseta por los aires. “You can turn the lights out / and rethink every sound / coming out of your mouth / or you can turn it around / with a question / is it making you feel something?”, vocea el cabecilla de Superchunk. ¿Y tú nos lo preguntas, Mac?

Vale que la canción inaugural del estupendo “Songs In The Key Of Yikes”, furia y nervio recobrados tras la disfrutable siesta melódica de “Wild Loneliness” (2022), acaba discurriendo por otros derroteros y no es tanto una interpelación directa al oyente como, ay, una maldición del signo de los tiempos, pero el atropello de “Is It Making You Feel Something”, hemorragia eléctrica y voz felizmente aflautada, abre a lo grande el melón del disco número 13 de los estadounidenses.

Porque si se trata de sentir, de erizar la piel con par de acordes y lanzarse contra el estribillo como un kamikaze hasta las cejas de Philopon, Superchunk sigue sin tener rival. Ni siquiera la salida (amistosa, se supone) de Jon Wurster, batería de la banda desde los días de “On The Mouth” (1993), parece haber alterado demasiado la química de un grupo que vuelve a hacer de la (aparente) sencillez su mejor virtud. Formación de mínimos, con los teclados y arreglos de “Wild Loneliness” de vuelta al armario, y Laura King remplazando los martillazos de Wurster con impecable precisión.

¿Resultado? Un disco que concilia el ímpetu de “Majesty Shredding” (2010) y la puntería compositiva de “Foolish” (1994); el nervio despreocupado de las primeras veces y los galones de la veteranía. Como muestra, “Everybody Dies”, aullido punk que le canta a la muerte para devolverle a uno la vida.

Empeñados en exprimir al máximo su segunda juventud, McCaughan y Laura Ballance ofrecen además otro disco admirable en su intento por desencriptar la realidad y combatir el desconcierto, como ya hicieran con la primera administración Trump en “What A Time To Be Alive” (2018) y la pandemia en “Wild Loneliness”. Sus raíces estarán en los noventa, y en canciones como “Some Green” incluso recuerdan a los Lemonheads más risueños, pero sus preocupaciones son completamente contemporáneas, como cantan en “No Hope” y “Care Less”. Conquistado el desconcierto y desinflada la desilusión, la velocidad de las melodías y el brillo iridiscente de las melodías se encarga del resto. What a time to be alive. Otra vez. ∎

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