Álbum

The Black Keys

Delta KreamNonesuch-Warner, 2021

Hubo un tiempo, en la última década del pasado siglo, donde el sello estadounidense Fat Possum te garantizaba con cada lanzamiento de blues una razón para creer (ni que, al menos, fuera solo la de creer en esa rama musical). Desde sus inicios, en 1991 en Water Valley (Mississippi), se especializaron en otorgar una segunda o una primera vida discográfica a músicos de blues poco o nada conocidos más allá de su área local (pongamos la de Holly Springs, o la de Oxford; zonas donde el blues rural del norte de Mississippi –el North Mississippi hill country blues, si nos diera por hacernos los pedantes– gustaba de seguir mostrándose crudo, duro y con mugre, agarrado a un boogie hipnótico de rítmica repetitiva, asalvajado y/o con los renglones algo torcidos, con escasos cambios de tono y fraseos sencillos).

Resumiendo y para no ponernos demasiado enciclopédicos: ese tipo de blues que para el gran público del género suena a John Lee Hooker y para el más avezado también a Mississippi Fred McDowell. Y para el público del rock, tal vez a Jon Spencer Blues Explosion. En Fat Possum pensaron que cuando el olor a buena mierda es tan evidente, no te queda más remedio que seguir removiéndola, enfrentándote si hace falta a los dueños de los cofres y las llaves del buen gusto. Y así, al principio hasta con el periodista Robert Palmer, una autoridad en la materia, ejerciendo de A&R (y ocasional productor), fueron dando salida a álbumes con enjundia, algunos imponentes, con dos nombres, Junior Kimbrough y R. L. Burnside, ejerciendo de veteranos abanderados de esa casa y su causa. Fue allí donde The Black Keys –Dan Auerbach, voz y guitarra; Patrick Carney, batería– aterrizaron para publicar su segundo y tercer disco.

Al hilo de lo comentado, que la nueva entrega de The Black Keys, “Delta Kream”, contenga cinco versiones de Junior Kimbrough y dos de R.L. Burnside nos lo explica todo. Las otras cuatro canciones del álbum son versiones de Big Joe Williams, John Lee Hooker, Mississippi Fred McDowell y Ranie Burnette. Hay, pues, una gran sombra de tributo y círculo cerrado que sobrevuela por entero la grabación (que se realizó en diez horas, dividida en dos sesiones, en los Easy Eye Studios que Auerbach tiene en Nashville; dieron apoyo Eric Deaton al bajo y Kenny Brown a la guitarra): y si ya en su disco de debut, “The Big Come Up” (2002), The Black Keys versionaron el tema de Kimbrough “Do The Rump”, aquí vuelven a hacerlo; también en aquel álbum de hace diecinueve años incluyeron su versión de “Busted”, de R.L. Burnside.

Les ha quedado un homenaje hecho con soltura, que emula bien. Puede que un poco demasiado pulido o no lo suficientemente tosco o escabroso para según qué paladares que piden siempre sal y pimienta, pero sí es lo bastante consistente. Y aunque no retumbe y reverbere con la misma sensación de peligro de los originales, anima a quien lo escucha a salir a explorarlos. ∎

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