Álbum

The Magnetic Fields

iNonesuch-Warner-Dro East West, 2004

Parece un ataque de egomanía, pero no lo es tanto. El primer álbum de The Magnetic Fields en un lustro puede llamarse ni más ni menos que “i”, pero ese título habla tanto del “yo” como, sencillamente, de la vocal: siete canciones tienen títulos que son declaraciones de un estado personal, y otras siete, títulos que empiezan por la i; no es más que eso. No busquen megalomanía. Porque lo más notorio de “i” es, curiosamente, su modestia.

Después del apabullante magnum opus que fue “69 Love Songs” (1999), nuestro amado Stephen Merritt no ha querido rizar el rizo con una ópera pop de seis volúmenes. En su lugar ha optado por hacer un disco pequeño pero hondo (tan hondo que, la verdad, a veces da miedo mirar al fondo), entre la luminosidad de “Holiday” (1994) y la melancolía de “Get Lost” (1995), fuera de tiempo y con clima propio, armado de melodías adhesivas, giros curiosos e inventos delicados.

Confirmación de las capacidades de Merritt para componer el pop ideal –romántico pero listo, emotivo pero no evidente, pegajoso ad aeternum–, “i” está, además, interpretado con total transparencia por Merritt y su banda, sin efectos ni desvíos de ninguna clase, con un sonido acústico –se puede leer en los créditos: “no synths”– donde puede oírse el acariciar de dedos. Y aunque suene extraño, el líder canta natural, sin dejar el charme pero sí la gola, en un lapsus de contención que habla de un Merritt necesitado de comunicar. ¿Tu madurez es esto? Te escuchamos, amigo. Ahora y siempre. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados