Varios

Verano de 1996. Benicàssim. Segundo año de festival. En un rincón del recinto se levanta una carpa no demasiado grande. Cojines en el suelo, alfombras llenas de polvo, mesitas para tomar el té. Y por los altavoces, música electrónica a bajas revoluciones. El inicio del concepto chill out, que duraría poco, pero sería decisivo en un momento ídem: el del encuentro del pop con la electrónica, de los indie kids con los ritmos sintetizados, de los fans de Supergrass flipando con Aphex Twin. Una extraña hibridación, como si fuera una mutación cronenbergiana, que se estaba produciendo al mismo tiempo en Londres, Roma, Barcelona, París o Düsseldorf. Justamente en estas dos últimas ciudades, dos jóvenes dependientes de tiendas de discos estaban también alucinando con la nueva ola de techno abstracto, melódico y emocional que surgía de sellos como Warp o Rephlex. Ese sonido que poco después fue definido como IDM, Intelligent Dance Music, nombre a todas luces pretencioso e inexacto, pero que sigue utilizándose aún hoy, y que está en la base del nuevo recopilatorio que han seleccionado y comisariado aquellos dos chavales de las tiendas de París y Düsseldorf: Ivan Smagghe (DJ, productor y jefe de Les Disques de la Mort) y Vladimir Ivkovic (DJ, compilador y jefe de Offen Music).

El título dice mucho: IDM-MEMO. O sea: memorias de la IDM. En realidad, es en el Memo en el que nos tenemos que fijar, más que en el IDM. Porque Smagghe e Ivkovic han querido con este disco reunir tracks y piezas que les recuerdan a esos años de aprendizaje y euforia texturizada, y no fijarse en un género, ni en un período o una escena concreta. Quieren (y logran) reconectar con esos días a partir de la memoria y las sensaciones que ciertos discos y ciertas canciones despertaron en ellos dos. Y, por ende, en toda una generación que ya pasa de los 45. Su selección es, en ese sentido, al mismo tiempo personal y modélica. Dieciséis tracks en vinilo (dos más en CD y en descarga) que son cada uno un mundo en sí mismos; algunos (pocos) de artistas ya reconocidos, como THE BLACK DOG, MARCO PASSARANI o SEEFEEL; otros (los más) de proyectos que se quedaron en el olvido o que nunca obtuvieron el reconocimiento que seguramente merecían. Algunos temas son miniaturas de apenas 2-3 minutos de duración (el de CYLOB con el que arranca el disco); otros, largos e hipnóticos opus de casi un cuarto de hora (especialmente increíble el de I.F., proyecto germánico en el que participó Move D a mediados de los 90). La lista de highlights es, lógicamente, igual de personal que la selección de Ivan y Vladimir; ahí están las joyas de ABFAHRT HINWIL, 7 HURTZ, FUNCKARMA o TINFOIL TEAKETTLE. Todas ellas brillantes, mareantes y, aunque en la mayoría de los casos sepamos que han pasado ya más de dos décadas desde entonces, situadas sin excepción fuera del tiempo.

Un último párrafo para dos cortes que destacan con peso propio desde la primera lectura del tracklist: los de SLOWDIVE (remezclados por Mark Pritchard como RELOAD) y SPIRITUALIZED (a pelo), perfectamente puestos uno al lado del otro, y plenamente coherentes con esa colisión de géneros y universos sonoros que late en el fondo del disco. ∎