Qué lejos quedan aquellos finales de los noventa, principios de los dos mil en que se podía ver a Camera Obscura como placebo de Belle And Sebastian. Tras su agradable “Biggest Bluest Hi-Fi” (Andmoresound, 2001), el quinteto indie pop liderado por Tracyane Campbell (voz, guitarra) –y en el que también encontramos a Gavin Dunbar (bajo), Lee Thomson (batería), Kenny McKeeve (guitarra) y Donna Maciocia (teclados)– fue refinando su melancolía e ingenio hasta niveles inesperados y ofreciendo canciones cada vez mejores sobre desamor, amor y melomanía. Cada nuevo disco superaba al precedente: había delicada autoridad en “Underachievers Please Try Harder” (Elefant, 2003) y serios himnos (como el titular) en “Let’s Get Out Of This Country” (Elefant, 2006); nuevo énfasis orquestal (arreglos de cuerda y trompa de Björn Yttling, de Peter Bjorn & John) en “My Maudlin Career” (4AD, 2009) y un músculo inesperado en “Desire Lines” (4AD, 2013).
Aquella antigua etiqueta de twee pop se les quedó pequeña bastante pronto. Ellos eran hijos de la música popular en toda su extensión. De ahí que en 2006 versionaran a Skeeter Davis (“I Can’t Stay Mad At You”) y Sheena Easton (“Modern Girl”), en 2007 a ABBA (“Super Trouper”) y The Paris Sisters (“I Love How You Love Me”) o en 2009 a Bruce Springsteen (“Tougher Than The Rest”). En un vídeo de aquel último año, el de “The Sweetest Thing”, se disfrazaban de algunos de sus héroes seventies, como Paul Simon, Bowie o Fleetwood Mac.
Durante buena parte de los 2010, no pareció claro que Camera Obscura –héroes de muchos, escuchemos a Hand Habits y Alvvays, solo por poner un par de ejemplos– volvieran a tener nuevas canciones nunca más. El grupo estaba desolado por el fallecimiento en 2015, a causa de un cáncer óseo, de Carey Lander, la que había sido su teclista desde 2002. El luto duró tres años. En 2018, Tracyanne Campbell asomó del lado de Danny Coughlan (Crybaby) en el reivindicable álbum “Tracyanne & Danny”. Y en 2019, por fin, reunión propiciada por la invitación a participar en el festival The Boaty Weekender, cuatro días de crucero pop por el Mediterráneo bajo la supervisión artística de Belle And Sebastian.
Cinco años después de aquello llega, también por fin, “Look To The East, Look To The West” (Merge-Popstock!, 2024), disco de maravillosa modestia, sin arreglos de cuerda ni viento metal, con predominio del piano y una nada disfrazada nostalgia. Nos habría gustado hablar con la líder sobre estas preciosas canciones, pero poco antes de la entrevista, desde la distribuidora española del sello Merge, nos avisaron que Campbell se había puesto enferma; solo podría contestarnos, si teníamos suerte, a través del correo electrónico. No rechazamos esa alternativa. Y hubo suerte.
Durante mucho tiempo fue fácil pensar que no volvería a haber otro disco de Camera Obscura. ¿Lo pensabais también vosotros?
Nunca hubo planes de no hacer un disco, simplemente las circunstancias nos impidieron poder hacerlo durante un tiempo. Durante mucho tiempo no estuve segura de si alguna de las canciones que estaba componiendo acabarían en un nuevo disco de Camera Obscura. Pero en cuanto nos pusimos a ensayar para el concierto de The Boaty Weekender, empecé a ver claro que esas nuevas canciones solo podían pertenecer a Camera Obscura y requerían ser grabadas con la banda.
Dedicáis “Sugar Almond” a Carey Lander. ¿Cómo lleváis ahora mismo su pérdida?
Siempre la echaremos de menos, pero la pérdida es algo con lo que acabas aprendiendo a vivir.
Las esperanzas sobre vuestro regreso crecieron con el Boaty Weekender de 2019, en el que Donna Maciocia debutó en vivo con la banda en teclados y voces. Era vuestra primera actuación en cuatro años. ¿Dirías que significó alguna clase de punto y aparte para el grupo? ¿Fue algo que os propulsó hacia el futuro?
La verdad es que sí, ahí empezó todo. Que nos pidieran participar y que tuviéramos que preparar el concierto fueron catalizadores para plantearnos un retorno en toda regla. Es posible que, de no haber tenido esa oportunidad, ahora mismo no estuviésemos hablando de un nuevo disco o unos nuevos conciertos de Camera Obscura.
Fichasteis a Maciocia, en principio, solo para ese concierto y algunos que hicisteis como precalentamiento. Ahora es parte del grupo y participa en la creación de las canciones: en el disco, aparece acreditada como cocompositora de “We’re Going To Make It In A Man’s World”. ¿Qué dirías que ha traído ella a la banda, tanto a nivel de interpretación como de composición?
Lo que Donna ha traído es una nueva y positiva energía que nos hacía mucha falta. Me llevé muy bien con ella enseguida y rápidamente sentí que tenía toda la lógica que compusiéramos juntas. Todavía no la hemos tenido en muchos conciertos, pero sé que vamos a pasarlo bien y, con suerte, eso será fácil de ver para el público.
Y hablando de Donna, la línea de sinte de “Liberty Print” es realmente conmovedora. Me hace pensar en el pionero japonés del ambient Hiroshi Yoshimura. ¿Es una clase de música que te interesa?
Diría que ese tema en concreto, “Liberty Print”, tiene la huella clara de Donna; está cargado de teclados y sintetizadores. Por otro lado, sí que me gusta Hiroshi Yoshimura.
El sonido del disco es tirando a espartano. No encontramos arreglos de cuerda ni de viento metal, ni grandes fanfarrias, ni reverb. ¿Por qué decidisteis seguir esa ruta? ¿Os sentíais más sutiles que celebratorios?
En realidad, diría que nos sentíamos más celebratorios que nunca cuando hicimos el disco. Creo que, simplemente, decidimos trabajar con lo que teníamos a mano. Prescindir de la parafernalia… Además, tampoco nos apetecía mucho meternos en temas de grandes arreglos. Queríamos hacer algo puramente nuestro, mantener todo íntimo; que estuviéramos aquí solo nosotros y el oyente.
Country y soul son muy importantes en el álbum, quizá incluso más que de costumbre. ¿Qué clase de discos tuvisteis en rotación mientras componíais estos nuevos temas?
Esos dos géneros siempre han sido una influencia para nosotros. En muchas otras ocasiones hemos tirado de esos estilos para componer canciones: “Dory Previn”, “Forests And Sands”, “Country Mile”, “The Sweetest Thing”, “Let Me Go Home”, etc. ¿Quizá esta vez hayamos sido menos sutiles al respecto? La pedal steel da al disco un sonido muy Nashville, supongo. Simplemente estábamos usando las herramientas que teníamos a mano. Por ejemplo, en estas sesiones no podíamos disponer de un trompetista, pero sí que teníamos a alguien que tocaba la pedal steel, así que nos abrazamos a ella. Escuchamos mucho a Dale Watson, Waylon Jennings, Al Green o Darondo, entre otros.
Supongo que esa pedal steel de Tim Davidson marca un claro aroma country. Suena increíble en “Big Love”, por ejemplo. ¿Lo trajiste al equipo tras los buenos resultados obtenidos en “Tracyanne & Danny”?
Sí, Tim es un gran recurso e hizo un gran trabajo en todas las canciones en las que tocó.
¿Estáis de acuerdo conmigo en que “The Light Nights” es lo más honky tonk que hayáis grabado nunca?
Desde luego, sí, sí. Creo que este tema debe mucho a Dale Watson. El paréntesis instrumental es mi parte favorita de todo el álbum.
¿Cómo fue trabajar de nuevo con el productor Jari Haapalainen, el mismo de los adorados “Let’s Get Out Of This Country” y “My Maudlin Career”? ¿Diríais de él que es vuestro amuleto de la suerte?
Sí, puede que sea justamente eso. Se reiría si le dijera que alguien le ha definido así. Era la única persona con la que podríamos haber hecho este disco. Necesitamos que nos cogieran de la mano; un poco de sensibilidad y cuidado. Sabíamos que trataría a las canciones con cariño y que sacaría lo mejor de nosotros, tanto a nivel colectivo como individualmente. Su capacidad de concentración es increíble. Es muy activo, un productor realmente creativo.
Como se puede esperar de un disco de Camera Obscura, aquí hay temas sobre desamor, pero también hay una inmersión muy poética en una industria musical horriblemente dominada por los hombres: “We’re Going To Make It In A Man’s World”. ¿Qué puedes contar sobre esta canción en concreto, que parece estar entusiasmando o a los fans?
Es una canción sobre devolver el golpe. Queríamos que fuera una canción para cualquiera que se siente juzgado, o tratado con condescendencia, o injustamente puesto en su lugar. Una canción para los desamparados.
Siempre ha habido una lucha entre el optimismo y el realismo en vuestra música. En esta ocasión, diría que la balanza se ha decantado hacia lo segundo. ¿O quizá hacia algo que podríamos llamar “optimismo realista”?
Componer canciones siempre ha sido un proceso catártico para mí. Me ayuda a abrirme paso en mis problemas. Como mucha gente, me paso la vida tratando de tener una perspectiva equilibrada de las cosas, pero no es fácil. Intento ser optimista a la hora de afrontar el día a día, pero la verdad es que no siempre lo consigo.
Curiosamente, 23 años después de “Biggest Bluest Hi-Fi”, vuestra amiga Fiona Morrison vuelve a aparecer en una portada. ¿Es un poco una forma de cerrar un círculo? ¿Es esto algo parecido a un final? Decidme que no.
En realidad no había intención de cerrar nada. Que Fiona saliera en la portada era más un intento de representar el paso del tiempo y la continuidad de nuestro viaje. No es el final. Y, de hecho, en cierto modo, parece el principio de algo otra vez. ∎