Música de cámara. Foto: Anna Maggy
Música de cámara. Foto: Anna Maggy

Entrevista

Dustin O’Halloran: “Conozco a Alberto Iglesias, pero me atrae más Paco de Lucía”

El Auditorio Nacional de Madrid –dentro de la programación del Centro Nacional de Difusión Musical– y La (2) de Apolo de Barcelona reciben hoy y mañana, respectivamente, a Dustin O’Halloran. El músico estadounidense, mitad del dúo A Winged Victory For The Sullen, actúa en formato de cámara para presentar “Silfur”, su primer álbum para el prestigioso sello alemán Deutsche Grammophon.

Dustin O’Halloran (Phoenix, Arizona, 1971) le debe buena parte de su popularidad a Sofia Coppola. La hija de Francis Ford Coppola utilizó tres de sus piezas –“Opus 17”, “Opus 23” y “Opus 36”– en “María Antonieta” (2006), su cuarta película como directora, y lanzó a la fama a Halloran, que acababa de publicar dos discos de composiciones propias para piano solo –aunque se le conocía más por los cinco melancólicos álbumes que había grabado con Dévics, la banda que había fundado con la cantante Sara Lov en 1993 y que completaban Ed Maxwell, Theodore Liscinski y Evan Schnabel– pero sin terminar de destacar.

Precisamente a partir de 2006, tras el éxito de la película de Coppola, Dévics comenzaría a espaciar más y más su actividad y O’Halloran empezaría una exitosa carrera como compositor de bandas sonoras, varias de ellas compuestas junto al pianista y compositor alemán Volker Bertelmann, también conocido con su alias Hauschka. Entre ellas la de “Un camino a casa” (Garth Davis, 2016), por la que ambos optaron al Óscar, al BAFTA y al Globo de Oro, entre otras candidaturas, como mejor banda sonora.

Tráiler de “Silfur”, debut de Dustin O’Halloran para Deutsche Grammophon.

Creo que los conciertos que ofreces hoy y mañana en Madrid y Barcelona tienen como punto de partida “Silfur” (2021), el primer álbum que has grabado en Deutsche Grammophon.

Efectivamente. Es así, y estaré acompañado por la violinista Margaret Hermant y la violonchelista Charlotte Danhier.

En ese disco, que publicaste hace dos años, había dos piezas nuevas que compusiste durante el confinamiento, pero el resto eran piezas antiguas. ¿Por qué decidiste que tu primer álbum para Deutsche iba a ser precisamente así?

Mis dos primeros discos los grabé de un modo bastante humilde, en un piano vertical y casi en lo-fi, así que pensé que podría servir como una forma de volver a presentar mi trabajo en “alta fidelidad”. Además, me servía para recopilar piezas compuestas a lo largo de mucho tiempo y hacer un experimento con respecto a cómo la música interactúa con nosotros, porque la música funciona como una especie de cápsula del tiempo: fija un momento y lo fija para mí y para los demás, y quería comprobar cómo había afectado el tiempo a esas piezas y cómo había cambiado su percepción. Creo que es interesante volver al pasado y tocar esas piezas iniciales y ver cómo me resonaban. La grabación ha servido para crear la versión definitiva. Y, por otra parte, hay una cosa divertida, y es que Deutsche Grammophon es a lo que se ha dedicado siempre: a grabar una y otra vez la misma música… (risas). Así que, ¿por qué no hacerlo esta vez con mis propias composiciones?

“Creo que es interesante volver al pasado y tocar esas piezas iniciales y ver cómo me resonaban. La grabación ha servido para crear la versión definitiva. Y, por otra parte, hay una cosa divertida, y es que Deutsche Grammophon es a lo que se ha dedicado siempre: a grabar una y otra vez la misma música… (risas). Así que, ¿por qué no hacerlo esta vez con mis propias composiciones?”

Tu fama mundial comenzó cuando Sofia Coppola eligió tres de tus piezas para incluirlas en la banda sonora de “María Antoineta”. ¿Tenías algún tipo de relación con ella? ¿Cómo conoció tu música de piano solo?

En ese momento yo estaba viviendo en Italia y acababa de publicar mi primer disco, “Piano Solos” (Splinter, 2004), y fue su supervisor musical el que se lo hizo escuchar, trabajando todavía en la película. Fue uno de esos contactos que surgen inesperadamente, así que para mí fue toda una sorpresa. Y quedó muy bien en la película.

De las tres piezas de la película, una estaba en tu disco “Piano Solos” y otra en “Piano Solos Vol. 2”, pero hay una tercera, “Opus 36”, que no habías grabado antes. ¿La compusiste expresamente para “María Antonieta”?

Sí, una vez que entraron en contacto conmigo me pidieron otra pieza más que tuve que tocar en el estudio con un auténtico pianoforte de época, de finales del siglo XVIII. Obviamente, tiene una afinación y una sonoridad muy diferentes a las de las otras dos piezas. Es de esos momentos en los que me he podido sentir realmente más inspirado sobre qué es lo que se necesitaba para la película, porque la compuse ahí mismo, en el estudio.

Max Richter, Hania Rani, Joep Beving, Peter Gregson, Hildur Guðnadóttir, Trevor Horn, Moby, tú… ¿Ha cambiado Deutsche Grammophon o ha cambiado el mundo?

Deutsche Grammophon era un sello que, en los años sesenta y setenta del pasado siglo, estaba muy relacionado con compositores vivos y publicaba música de esa misma época. Luego, en cambio, entraron en un largo período de regrabaciones de clásicos. Creo que se han dado cuenta de que necesitaban recuperar ese contacto con compositores vivos, en activo y actuales, y eso significa acercarse al mundo de la música electrónica, la clásica e incluso a algo más pop. A mí me parece estupendo.

Sin trabas académicas. Foto: Anna Maggy
Sin trabas académicas. Foto: Anna Maggy

Por cierto, ¿de qué duración es tu contrato con el sello alemán?

Dos discos. El segundo va a salir en febrero. Ya está terminado. No te puedo decir nada hasta que se anuncie públicamente, pero sí te puedo adelantar que va a ser completamente diferente a cualquier cosa que haya hecho anteriormente. Estoy realmente ansioso porque salga.

Creo que tú, al igual que Joep Beving o el compositor polaco Zbigniew Preisner, no tienes una formación musical académica. ¿Cómo te las apañaste al principio para escribir para otros instrumentos?

Ha sido un trayecto muy largo. Al principio me sentía bastante inseguro, sobre todo cuando me encontraba con gente que sí había estudiado, pero me terminé dando cuenta de que las ideas creativas no tienen por qué surgir necesariamente por medios académicos. Lo académico es solo un medio para aprender y puedes aprender con otras herramientas, pero la creatividad va por otro lado. Y empecé a confiar en mi forma de ver las cosas, en mi propio gusto y en que sé cómo quiero hacer las cosas. Ya conozco los procedimientos y, afortunadamente, mi experiencia trabajando en el mundo del cine me ha dado el presupuesto y la oportunidad de trabajar con grandes orquestas formadas por gente con mucho talento. No he aprendido a través de libros, sino de la experiencia. Es un viaje que no acaba nunca, porque siempre queda algo nuevo por aprender. Y eso es lo excitante.

¿Crees que “María Antonieta” le dio un vuelco a tu carrera como si le dieras la vuelta a un calcetín?

Fue un punto de partida y la inspiración para seguir en esa dirección. Me abrió todo un mundo de posibilidades.

La película se estrenó en 2006, el año en que se publicó el último disco de tu banda Dévics y, curiosamente, a partir de ese momento Dévics entró en una especie de letargo. ¿Es casualidad? ¿Ya estaba previsto?

Ya había empezado un par de años antes con mi proyecto más personal y había comenzado a trabajar en dos direcciones diferentes. Dévics publicó cinco discos y estuvimos trabajando juntos bastante tiempo. Hicimos un montón de giras y de hecho fue mi formación para componer e interpretar música con una banda. Simplemente se bifurcaron los caminos.

“Ha sido un trayecto muy largo. Al principio me sentía bastante inseguro, sobre todo cuando me encontraba con gente que sí había estudiado, pero me terminé dando cuenta de que las ideas creativas no tienen por qué surgir necesariamente por medios académicos. Lo académico es solo un medio para aprender y puedes aprender con otras herramientas, pero la creatividad va por otro lado”

Una parte muy extensa de tu trayectoria se ha decantado por la composición de bandas sonoras para películas. ¿Fue una decisión consciente o ha sido el camino por el que te ha llevado la vida?

A mí me encanta la música cinematográfica y hay grandes bandas sonoras en la historia del cine. Siempre había sentido una especie de fascinación por ese poder que tiene la música en una película. Creo que aproveché las circunstancias y seguí ese camino que se me había abierto. El momento en que nos nombraron candidatos para el Óscar por “Un camino a casa” fue uno de los más importantes de mi carrera.

¿De dónde surge tu música ensoñadora, que ya existía en Dévics?

De dónde surge la música es algo realmente difícil de describir. Es una mezcla de muchas cosas: recuerdos, sensibilidades, lo que lees y también otras músicas. Me resulta complicado articular exactamente de dónde surge en mi caso. Creo que lo más ajustado sería decir que mí música es la música que a mí me gustaría escuchar… Hay ocasiones en las que me siento al piano y la música simplemente fluye. Y, en ese sentido, es lo que prefiero: que no sea algo que yo controle.

¿Qué música escuchabas cuando eras adolescente? ¿Qué papel jugó el rock en tu vida?

El rock y la música electrónica también fueron muy importantes en mi juventud. Lo que más escuchaba era Cocteau Twins, Joy Division o The Cure. Toqué la guitarra durante una larga temporada, pero también escuchaba a Chopin, Beethoven, Brian Eno o Arvo Pärt y música de películas italianas y de Ennio Morricone. Y flamenco. En realidad me gusta acercarme a todo, y lo que aprendí del rock y la electrónica es que no hay nada que esté bien o mal: si crea una emoción y te suena bien, funciona. No necesitas formación académica para eso. Se trata de capturar la energía. Eso es para mí lo más importante.

Antes de vivir por tu cuenta en Europa viviste con tus padres en Hawái y Los Ángeles. ¿A qué se dedicaban ellos?

Mi madre era profesora de danza y mi padre tenía una empresa de buceo y enseñaba a bucear.

En las riberas del minimalismo. Foto: Anna Maggy
En las riberas del minimalismo. Foto: Anna Maggy

Has vivido en el norte de Italia siete años, diez en Berlín, luego te trasladaste a Reikiavik. ¿Crees que se aprecia el sitio en el que vives o has vivido en tus composiciones?

¡Por supuesto! Cada uno de esos sitios tiene su propia resonancia, su tempo, su atmósfera. No puedes evitar que todo eso te afecte en tu estado de ánimo, si estás en una ciudad o rodeado de naturaleza. Son grandes influencias y yo las noto en mi música.

¿Por qué fuiste a vivir a esos sitios?

A Italia fui con Dévics de gira, me enamoré y nos quedamos y grabamos dos discos. Mi pareja era italiana y por eso me quedé tanto tiempo, en Rávena, en Emilia-Romaña. Luego me fui a Berlín; sentía que necesitaba vivir en una gran ciudad porque en Italia vivía en una muy pequeña y allí podía encontrar una comunidad musical más intensa que en Italia. Y allí empecé a compartir un estudio con Jóhann Jóhannsson durante varios años. Fue una época muy activa en la que colaborábamos en muchas ocasiones. Y luego me fui a Islandia porque mi hija es medio islandesa.

Imagino que conoces más de la escena musical italiana, alemana o islandesa que el común de los compositores estadounidenses. ¿Te sientes, de algún modo, heredero de la escena minimalista de los sesenta y setenta?

Sí, de hecho creo que tengo una gran influencia, sobre todo de Philip Glass y Michael Nyman y, en realidad, de toda esa escena musical minimalista del Nueva York de los años setenta. Pero Berlín tiene también su escena. Mientras yo estaba viviendo ahí estaba sucediendo algo muy relacionado con la música electrónica, que también es para mí una gran influencia.

¿Fue en Berlín donde pusisteis en marcha A Winged Victory For The Sullen?

Sí, empezó allí y hemos estado muy activos durante diez años.

“Tengo una gran influencia, sobre todo de Philip Glass y Michael Nyman y, en realidad, de toda esa escena musical minimalista del Nueva York de los años setenta. Pero Berlín tiene también su escena. Mientras yo estaba viviendo ahí estaba sucediendo algo muy relacionado con la música electrónica, que también es para mí una gran influencia”

¿Quieres decir que el proyecto se ha acabado ya?

No. De hecho en marzo hicimos dos grandes conciertos en Londres, en el Barbican, con todas las entradas vendidas, pero ahora trabajamos un poco más lentamente. Haremos un nuevo disco, pero yo estoy centrado ahora en el segundo para Deutsche y Adam Wiltzie también está haciendo un disco en solitario. Cada uno está con asuntos personales, pero tocaremos de nuevo juntos.

¿Qué conoces de música española?

¡Poco! Probablemente no tanto como debería…

Conocerás a Alberto Iglesias…

Sí, pero me atrae más Paco de Lucía.

¿Con qué criterio creas tus álbumes? ¿Los compones con algún tipo de unidad conceptual entre las distintas piezas que lo integran o son solo el resultado de un proceso cronológico de composición y de los caminos por los que te lleva tu evolución?

En mis discos anteriores yo seguía una idea para ver hasta dónde me llevaba y luego trataba de encontrar un grupo de piezas que funcionaran bien juntas, que crearan un flujo para integrarse en un álbum. Pero para el nuevo disco con Deutsche el trabajo ha sido más conceptual y, como te dije al principio, va a ser muy diferente a lo que he hecho hasta ahora. No quiero decir mucho más, salvo que estará basado en una pieza que hice para una coreografía, pero se dará a conocer pronto. Con A Winged Victory For The Sullen hicimos música para una coreografía de Wayne McGregor de la que terminó publicándose un álbum, “Atomos” (Erased Tapes, 2014), y es una de mis músicas favoritas. Conectar música y danza es para mí algo muy especial, es crear un mundo hermoso.

Para acabar: ¿cuál es el significado del nombre del dúo?, ¿qué significa “una victoria alada para los huraños”?

(Risas). Bueno, en realidad fue Adam, mi socio, el que creó el nombre. Hay un cierto sentido del humor en él. Nosotros nos tomamos muy en serio nuestra música, pero nos reímos de nosotros mismos. Es un juego de palabras, por esa escultura griega, la Victoria de Samotracia (en inglés, el nombre de la famosa escultura es “The Winged Victory Of Samothrace”). ∎

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