Cuenta Rubio que muchas de estas piezas se remontan hasta 2015, en un viaje realizado sin prisa en el que es tan importante el camino como la meta. Se trata, pues, de encontrarse a sí mismo, en un giro de casi 180 grados con respecto a lo que era su trayectoria artística hasta la fecha, incluidas sus colaboraciones con artistas como King Khan o Johnny Casino. “Sambori”, por cierto, es una voz valenciana para referirse a la rayuela. Buena metáfora para un disco que se mueve en saltos oblicuos, dejando aire y tiempo entre medias para degustarlo.
Las guitarras flamencas vuelven a aparecer en “Pecado de omisión”. “Toca mare”, con ese aire de letanía popular, conecta con propuestas como la del primer álbum de Maria Arnal i Marcel Bagés. Ese buscar en la tradición para encontrar algo que suene a presente. Una investigación necesaria que quizá tardó demasiado en iniciarse en España. Al menos, en lo que a la escena independiente se refiere. Ese déficit está completamente solventado de unos años a esta parte, y en todo caso aquí se añade un nuevo capítulo.
Existe la tentación de catalogar a SanIsidro como artista “folk” y esa etiqueta puede ser cierta solo si se tiene en cuenta la acepción más amplia del término, esto es, la de folclore. Que de eso hay mucho aquí, cierto, pero no folk en la imagen de un tipo meditabundo y callado con su guitarra a cuestas. La explosión sonora que se produce en “¡Siempre adelante!” –una amalgama de gipsy-rock, funk, rebético y sonidos africanos– sirve como perfecto epílogo para un disco –y un proyecto– que ofrece mucho más de lo que parece a primera vista, con coartada geográfica y biográfica (que tampoco es imprescindible pero, sea como sea, aquí la hay).
Hay ganas de ver cómo se puede llevar todo esto al directo, pues vemos mimbres para conformar un show vibrante y dinámico, con momentos expansivos y otros intimistas que pueden resultar emocionantes. Se le podrá ver, de momento, el 10 de noviembre en Castellón –dentro de la Fira Trova’m– y del 23 al 25 de noviembre en el Monkey Week sevillano. En el estudio ya lo ha conseguido, entregando uno de los discos más estimulantes y sorprendentes del año. Proyectos diferentes y con personalidad, sí, por favor. Y si parecen un tanto contraculturales, todavía mejor. ∎