Las primeras escuchas de la música de Vacaciones Permanentes, el proyecto del músico salmantino Iván Andrés, pueden traer a la cabeza inmediatamente a The Cramps, pero también a muchas otras cosas. Es fácil imaginarlo sobre el escenario de la mítica sala de conciertos neoyorquina CBGB en su época dorada. Su sonido sucio –recogido en el álbum “Vacaciones Permanentes” (Everlasting, 2024)– comparte ADN con parte de lo más granado que hizo de aquel antro el centro del universo punk, de Talking Heads a The Dead Boys o, sobre todo, Suicide. Su propuesta, como la de estos últimos, se apoya en una base electrónica descacharrante y punk. Pero es su esencia rockera la que mejor define la propuesta, emparejando a Vacaciones Permanentes con bandas como The Honeymoon Killers o Pussy Galore, por no hablar de otros nombres a los que en determinados momentos se acerca y que sorprenden.
Me refiero a artistas de corte más, digamos, comercial, de décadas pasadas, como Gun o INXS. Por no citar a otras bandas como El Columpio Asesino, Parálisis Permanente o incluso Radio Futura. Todo un baile de nombres con los que, de algún modo, el sonido de Vacaciones Permanentes podría emparejarse. “Lo de Gun e INXS me resulta curioso; mi madre tenía todos esos CDs quemados cuando yo era pequeño. Supongo que algo se habrá colado ahí. The Cramps y Suicide ya los he metido yo solito en mi vida, los disfruto mucho. Me fascinan la cultura pop y los sonidos de los cincuenta y esa vuelta tan retorcida, la energía punk, la suciedad, Nueva York en los setenta... Me gusta, sí, pero no sé si hay algo de eso en mi música; las etiquetas y las referencias las estáis poniendo vosotros. El Columpio Asesino es mi grupo favorito a nivel nacional”, afirma Andrés.
En la entradilla de esta pieza hablábamos de “Permanent Vacation” (1980), la película del estadounidense Jim Jarmusch, y he aquí otra referencia cultural a añadir al batiburrillo de influjos de Vacaciones Permanentes, tal como él mismo confirma. “Cuando salió este nombre, entre otros, vi que la película recogía bien el espíritu de este proyecto. Me gusta la mirada de Jarmusch, jugando a entrelazar el absurdo de la vida, el humor y el romanticismo. Me atraen sus personajes perdedores inconformistas y rebeldes. Además es su primera película, y tiene algo de la suciedad y la decadencia que también están presentes en mi disco”. También un poco más arriba en este texto hacíamos referencia al carácter unipersonal del proyecto, que pese a nacer como dúo –así se presentó a los Premios Rock Villa de Madrid– ha continuado como banda de una sola persona. “Todos los proyectos personales que he tenido los he dirigido y moldeado a mi gusto. Soy mandón en la música sin tener ni idea, toda una incongruencia. En los inicios, este lo llegué a plantear como una idea a dúo, pero los dos amigos con los que lo probé no pudieron asumir el compromiso que exige esto por motivos vitales y laborales. Estas cosas pueden llegar a parecerse a pedir matrimonio, y es fácil que todo se vaya a la mierda, así que lo fácil fue seguir solo”, señala el músico.