Apenas 2000 kilómetros separan Hungría de España, pero, a juzgar por las escasas noticias que nos llegan de su escena musical, la distancia parece mucho mayor. Como cada año, Primavera Pro y Hungarian Oncoming Tunes nos permiten salvar ese abismo, ofreciendo una muestra de los sonidos más excitantes que están surgiendo en el país. En esta ocasión, el menú consta de tres artistas bien distintos entre ellos: del R&B de Babé Sila al punk expansivo que practican Gustave Tiger, pasando por el dramatismo feroz de Mordái.
Todos los showcases internacionales podrán seguirse en un live streaming abierto en la plataforma de Primavera Pro 2021, y luego serán accesibles en diferido únicamente para las personas que posean una acreditación para el encuentro internacional del sector musical organizado por Primavera Sound. La programación de conferencias y conciertos puede consultarse en la web del evento.
Dicen de Babé Sila que es la reina del R&B húngaro. Sentarse en el trono de un país donde la tradición del género es prácticamente inexistente podría no significar gran cosa, pero esta cantante nacida y criada en Budapest posee talento suficiente para portar la corona en cualquier lugar del planeta. Así lo demuestran las raíces que ha echado en Berlín, Londres y Nueva York, tres capitales mundiales de la música que no han permanecido inmunes a una voz instruida en los clásicos –Sade, Whitney Houston y Mariah Carey se cuentan entre sus maestras–, pero que recibe con los brazos abiertos unas producciones contemporáneas que, en su reciente EP “Plum” (Wasted Talent, 2020), vibran con la misma inquietud y emoción que las de Dirty Projectors y James Blake.
Al ver la portada de cualquiera de los discos o singles de Gustave Tiger, pobladas de estatuas e imaginería vetusta, lo más normal sería creer que se trata de una formación especializada en folclore musical antediluviano. Pero en cuanto le das al play, ese mundo de ayer se convierte en un huracán art punk comandado por la poderosa voz de Erika Szurcsik y abierto a todo tipo de audacias estilísticas, ya sea el impulso de los instrumentos de viento o un espíritu new wave que todo lo impregna, como demuestran los dos álbumes que editaron el año pasado en el sello Tom-Tom: “I” y “II”. Eléctrico y contagioso, el sonido de esta banda de Budapest es un pogo celebrado sobre las ruinas de una civilización extinta.