Desde una modalidad clásica de documental,
“A 20 pasos de la fama” (2013; en España, 2014) de
Morgan Neville –Óscar al mejor documental en los últimos premios de la Academia– propone una aproximación descentrada a la historia del rock. Aquí la cámara deja de enfocar al cantante (habitualmente blanco, hombre y egocéntrico) para fijarse en las coristas (negras, mujeres y acostumbradas a cantar en colectivo).
La película reivindica el papel y el talento de intérpretes como Claudia Lennear, Táta Vega, Jo Lawry, Lisa Fischer, Judith Hill, Merry Clayton o Darlene Love, al tiempo que diagnostica sus rasgos comunes: vocalistas, la mayoría de ellas formadas en coros religiosos, a quienes las rutinas machistas y racistas de la industria musical impidieron desarrollar una carrera en solitario. Eso sí, sus voces anónimas se utilizaron para otorgar ese punto de “negritud” y sexualidad que legitimaba la música de Sting, David Bowie, Rolling Stones, Elton John o Bruce Springsteen.
El documental no deja de entrevistar a estas estrellas del rock (¿no hubiera sido más coherente que, por una vez, no tuvieran protagonismo?), aunque algunas de sus intervenciones acaban poniendo de manifiesto el paternalismo o el sexismo inherente en la historia oficial (atención a los comentarios de Mick Jagger). ∎