Libro

Alejo Carpentier

La música en Cuba. Orígenes e historia: del clasicismo colonial al afrocubanismo Libros del Kultrum, 2022

Hablar de Alejo Carpentier (1904-1980) es hacer referencia al mestizaje cultural desde la misma cuna, pues el escritor y ensayista cubano nació en Lausana (Suiza) en 1904, de padre francés y madre suiza de origen ruso. Del literato se conocían sus raíces francesas, pero después de su fallecimiento se descubrió ese linaje suizo. De niño viajó con su familia a La Habana, donde se instalaron. Educado como cubano y ciudadano del mundo, el autor de “¡Écue-Yamba-O!” (1933) regresó a París en los años 30, en pleno auge del surrealismo, del que participó. Luego, entre 1945 y 1959, se estableció en Caracas, donde escribió “El reino de este mundo” (1949), sobre la revolución en Haití, y su obra más conocida, “El siglo de las luces” (1962), publicadas ambas en México. El novelista ejerció durante casi dos décadas como diplomático en Francia, falleciendo en su capital en 1980. En paralelo desarrolló una intensa actividad literaria, pues Carpentier –que practicaba lo real maravilloso”– está considerado una de las plumas más ilustres de la mejor narrativa latinoamericana.

También trabajó como periodista e historiador y, en el caso que nos ocupa, como musicólogo y ensayista. Al respecto de esta obra y de la bibliografía que contiene se le achacó el dudoso origen de las fuentes y el poco rigor en ciertos argumentos. Por contra, el ensayo tiene el mérito de mostrar la múltiple diversidad sonora de la isla: la contradanza llegó de la mano de los franceses prófugos de Haití; la tonadilla escénica castellana y la ópera italiana –la entidad antillana como tal– asoman a partir de los primigenios danzones. El futuro diplomático fue uno de los primeros autores en hablar de afrocubanismo y sincretismo. Otro punto de encuentro es el imaginario religioso. Los esclavos encontraron la manera de empatar el santoral cristiano con sus deidades africanas.

“La música en Cuba” fue un encargo realizado en 1939 por el grupo editorial Fondo de Cultura Económica, de México, donde se editó en 1946. Y ahora nos llega, con prólogo de Iván de la Nuez, de la mano de la editorial barcelonesa Libros del Kultrum (previamente ya se había publicado en España en 1998 por Club Internacional del Libro y en 2002 por Círculo de Lectores). El escritor compila más de cuatro siglos de conocimiento de la mal llamada “música culta” y de la música popular. Su convencimiento es tal que se podría decir que la música diseña un espacio físico y social y no es el territorio el que fomenta la música. Además, Carpentier tuvo un ojo clínico bien afilado. Nos referimos al concepto de transculturación, ya que el ensayista dejó escrito lo siguiente, en el capítulo XVI de esta obra, a propósito del afrocubanismo: “En los negros libres o recién emancipados, el proceso de transculturación se operaba con relativa rapidez, ya que el contacto con el exterior era inmediato. (…) Al haber quedado roto el cordón umbilical de la trata, el negro cubano perdió contacto con África, conservando un recuerdo cada vez más difuminado de sus tradiciones ancestrales. Cuando se autorizaron nuevamente las comparsas negras, hace unos diez años, estas no tenían ya la misma fuerza, ganando en espectáculo y en lujo teatral, en adquisición de nuevos instrumentos musicales, lo que habían perdido en autenticidad. No son muchos los ‘tocadores’ de hoy capaces de hacer hablar una batería de tambores batás. Y, sin embargo, sus nociones musicales son incomparablemente más vastas que las de sus abuelos”.

Para concluir con la validez o no de estos documentos hay que acudir al musicólogo antillano por excelencia, que no es otro que Radamés Giro, responsable del colosal “Diccionario enciclopédico de la música en Cuba” (2007). El escritor Leonardo Padura incluye a Giro en su magnífico libro de entrevistas “Los rostros de la salsa” (1997; reeditado en 2021). Giro analizó y evaluó positivamente la aportación historiográfica y musicológica de Alejo Carpentier, incluido este ensayo. Además, los tres comparten el valor lingüístico y social de la oralidad en la música cubana. ∎

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