“Me quedaré soltera / aunque yo no quiera / ¿con quién casaré…?”, cantaba la irrepetible Cecilia en 1973. Con ese mismo dilema se presenta la protagonista de “Ideal estandarizado”, novela gráfica publicada originalmente en Francia en 2017 y galardonada con el Prix Artémisia de L’humour 2019, que acaba de presentar en castellano Garbuix Books, con traducción de Montserrat Terrones.
Claire es una enfermera de neonatología de 32 años, acumula varios intentos fallidos de consolidar una relación estable y procrear, y se define como fea, vieja y caduca. “... ¿Si mi cuerpo está viejo? / no miente el espejo cuando me miro en él”, seguía la canción de Cecilia, versionada en 1994 por Fangoria + Le Mans. La desesperación de Claire empieza a diluirse cuando conoce a Franck y ella se instala en su casa. Y todo podría ser como había soñado, su hombre podría ser dulce y atento, aspirar a ser un padrazo entregado, preocuparse por su orgasmo, pero la vida no es sueño. Franck se revela como un personaje estereotipadamente misógino (único reproche al libro, pues el retrato de los demás personajes es matizado, en particular de la protagonista), y Claire, prisionera de un ideal, tendrá que afrontar decisiones difíciles.
La francesa Aude Picault (1979), autora de “Diosa” (2019; Garbuix Books, 2022) y “Amalia” (2022; Garbuix Books, 2023), teje con sutileza un análisis complejo a partir de sus personajes. ¿Compensa la maternidad una sexualidad frustrada, un rol secundario y servil? ¿Hasta dónde compensan ciertos sacrificios? ¿Cómo se construyen nuestros ideales vitales, de género, sexuales? ¿Cómo no dejarse influir por mensajes sexistas constantes? ¿Se podrá ser feliz siendo “un verso suelto, sin rima y sin par”? (cantaba Cecilia). ¿Ofrecerá el verso suelto nuevas formas y más libertad?
La entonación de Picault es suave y enunciativa, no imperativa ni exclamativa, pues “escribe” con un dibujo virtuoso pero ligero, una caricatura de plumilla delicada, siempre atenta al gesto humano y al detalle en los fondos. Representante contemporánea de la línea clara francobelga pasada por el tamiz de grandes dibujantes del humor gráfico (Claire Bretécher, Sempé) y la nouvelle bande dessinée (Lewis Trondheim), su dibujo se mueve con levedad y gracia por viñetas sin marco, con un ritmo que tiene algo de musical (Picault toca el trombón en la fanfarria funk Les Ouiches Lorènes). Cierra el volumen una bibliografía feminista que sella las intenciones de esta propuesta tan amena como elegantemente discreta. ∎