Camille Vannier

En el sensacional “Poulou y el resto de mi familia” (2018), Camille Vannier (París, 1984) contaba la historia de sus abuelos con un desprejuiciado sentido del humor que hacía aventurar que nos encontrábamos ante una potencial cómica de alto nivel. “Sexo de mierda” (2022) es la confirmación de nuestra sospecha, cuatro años después. Presentado y empaquetado con mimo por ¡Caramba!, el subsello de Astiberri especializado en humor que comandan con tino los certeros –e inasequibles al desaliento– Manuel Bartual y Alba Diethelm, “Sexo de mierda” parte del material que Vannier ha estado publicando en la versión digital de la revista ‘El Jueves’, pero ordenado, corregido y ampliado para la ocasión.

“Sexo de mierda” es una desopilante recopilación de anécdotas sexuales de todo tipo y pelaje –salpicadas de otros fluidos corporales– que, como la propia autora anuncia al comienzo del libro –un personaje más, entregado en cuerpo y alma al esperpento– son estrictamente reales. Y no lo vamos a poner aquí en duda, faltaría más. Especialmente dotada para reflejar lo grotesco y con un talento natural para deformar la realidad a golpe de lápices de colores, Vannier despliega su divertidísima artillería gráfica a lo largo de 112 páginas sin tregua, pivotando sobre el color rosa –de un gozoso tono de chicle de fresa– como vehículo narrativo, para presentar todo tipo de escenarios sexuales ridículos, vergonzosos y, sin embargo, no exentos de cierta ternura.

Con una estructura capitular dividida en categorías que presagian el inevitable desastre (“Citas que acabaron de formas… raras”, “Las peores cosas que me han pasado en Tinder” o “Las seis cosas más ruines que he hecho para ligar”), el catálogo de anécdotas es tan amplio que permite la (triste) identificación en sus páginas de cualquier lectora o lector sexualmente activo o que al menos intente serlo. Dibujante imaginativa y refrescante con un especial cuidado del diseño de página, escritora de diálogos ajustadísimos, Vannier se encarga de dinamitar cualquier tabú sexual con una sencillez pasmosa, sin buscar atajos a la hora de ser sinceramente explícita. Estamos ante una más que digna heredera de las lecciones sexuales que impartía el ilustre Profesor Cojonciano, el antropólogo de lo cotidiano creado por Óscar Nebreda –precisamente para ‘El Jueves’– hace ya más de cuatro décadas, tan cercana a su planteamiento como alejada en su ejecución, pero con el mismo propósito: retratarnos en pelotas fingiendo que sabemos lo que hacemos cuando nos calentamos. ∎