Serie

DAVE

Dave Burd y Jeff Schaffer(T3, HBO Max)
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Las autoficciones de músicos o artistas suelen centrarse en el espacio que hay entre la imagen pública y la íntima o personal: la distancia, la fractura, el vacío, la dificultad de conciliar una con otra, la amenaza o la forma en que el yo se pierde o diluye cuando alcanza la fama. Por el contrario, el rapero Dave Burd, de nombre artístico Lil Dicky, construye su serie “DAVE” (2020-) sobre los puntos de conexión y la retroalimentación entre ambas. De ahí surge la principal materia dramática de la serie, recubierta casi siempre de una primera o inmediata capa irónica y humorística: la autenticidad, la exposición cruda y honesta de su desmedido egocentrismo y la forma en que hace orbitar sobre todo él.

Dave Burd nació con hipospadias, una afección que implica que la abertura de la uretra no está en la punta del pene, sino en la parte inferior. La anomalía conllevó numerosas cirugías correctivas y cicatrices durante su infancia. Tras años de esconder el trauma en público por vergüenza, Dave lo liberó a través del rap y convirtió su pene en el tema obsesivo de la primera temporada de su serie, la más ligera y unívoca en el tono humorístico. Concebida junto a Jeff Schaffer –director y productor ejecutivo de algunos capítulos de “Larry David” (Larry David, 2000-), lo que da idea de la forma que buscaba y también del tipo de personaje y de franqueza para atentar contra las convenciones sociales–, la serie se hizo más oscura en la segunda temporada, estrenada en 2021. De este modo, mientras la popularidad de Lil Dicky se incrementa y trata de profundizar en su voz musical, la lidia con la industria es uno de sus aspectos testimoniales más valiosos. Su nuevo estatus social marca la reconstrucción de su vida sentimental: se genera en una negociación con los yoes del pasado, con los traumas emocionales y sexuales y una posible reinvención. Es uno de los aspectos más logrados de la ficción: cómo el yo presente permite releer los del pasado y soterrarlos, para superarlos o evitar su bloqueo. La propia serie va adquiriendo cada vez más complejidad, matices y ambición formal, como si Dave Burd se fuera afianzando como cineasta, hasta culminar en esta tercera temporada, la más diversa. A partir del seguimiento de una gira, construye cada capítulo como una pieza autónoma –por lo usual ligada a una ciudad– también con tonos y ecos de géneros distintos: el encuentro con una groupie, la grabación de un videoclip, el accidente de la furgoneta del tour en el desierto, la gala del Met, la historia con una acosadora… Esta aparente fragmentación se sutura por la forma de alternar y entremezclar sus temáticas, en particular la construcción artística de su carrera y la búsqueda del amor, a través de diversos personajes femeninos y, sobre todo, por su autorreflexividad. La irrupción e incremento de la autoconfianza –sin freno aparente– es la historia que atraviesa la evolución dramática de la serie, en una especie de escalada. Para valorarla, hay que tener en cuenta que “DAVE” tuvo un éxito inmediato en Estados Unidos y que ha atraído a numerosas celebridades que efectúan cameos o papeles (en ese sentido, el final de esta tercera temporada –estrenada el pasado abril– es la culminación estelar para el músico).

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En esta temporada Dave sigue rodeado de su pequeña troupe musical, pero sus personajes pierden presencia a excepción de GaTa, su amigo inseparable y otro rapero que se interpreta a sí mismo. Ambos se adentran en la exposición de sus inseguridades, y es ahí donde los capítulos mantienen un hilo fluido por su forma de conjugar siempre la actuación pública y la visión íntima. Dave es un tipo perfeccionista, neurótico y narcisista, descuidado y torpe con sus amigos y novias, que a la vez consigue entretener, divertir y rehuir numerosos estereotipos. Si alguien en apariencia desagradable consigue una proyección emocional es por la honestidad de su exposición: existen logros –como el éxito comercial o la fama– que pueden servir de trampolín, pero el verdadero trayecto, el complejo, es el que se emprende hacia la reparación de todos los fragmentos rotos de uno mismo. Dave cree en esa historia, en su historia. No es poco. ∎

Exposición narcisista.
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