“L’accident de caça”: visiones de un presidio.
“L’accident de caça”: visiones de un presidio.

Entrevista

David L. Carlson: a ciegas

El guionista David L. Carlson y el dibujante Landis Blair no habían afrontado nunca una novela gráfica. Pero para explicar en “L’accident de caça” una historia cruzada entre un padre ciego y su hijo y entre este padre y un conocido presidiario en Chicago, la libertad de unas páginas en blanco les proporcionó el mejor medio para enlazar crónica social y existencial con literatura y mundo invisible.

“L’accident de caça” (“The Hunting Accident. A True History Of Crime And Poetry”), de David L. Carlson y Landis Blair, salió en 2017 en Estados Unidos. Pero fue su traducción al francés en 2020 lo que le proporcionó al cómic un mayor reconocimiento, obteniendo en enero de 2021 el Fauve de Oro en el Festival de Angulema, gracias a sus 420 páginas en blanco y negro granulado, su pequeño formato cuadriculado y su relato carcelario intrincado con el “Infierno” de Dante. Ahora, aparece en catalán a través de Editorial Finestres, y en enero de 2022 Planeta Cómic lo lanzará en castellano (como “El accidente de caza”), haciendo que el alcance de esta historia verdadera situada entre los años 20 y 60 del siglo pasado tome tintes todavía más universales.

El narrador es Charlie Rizzo, amigo de Carlson, quien le contó cómo su padre, Matt Rizzo, que quedó ciego de joven, compartió celda en la prisión de Stateville de Chicago, entre los años 30 y 40, con Nathan Leopold Junior. Este, famoso por haber secuestrado y asesinado a un chico de 14 años en 1924 junto a Richard Loeb, con la única motivación de demostrar su superioridad intelectual al cometer el “crimen perfecto”. Este suceso ha inspirado diversas obras, entre ellas las películas “La soga” (Alfred Hitchcock, 1948) e “Impulso criminal” (Richard Fleischer, 1959). En su versión, Carlson eleva la crónica negra al terreno de la literatura poética que Leopold le enseñó a Rizzo en la cárcel mediante la escritura en braille. Y Landis Blair ha hecho posible estas imágenes dantescas que se pasean y envuelven todo el libro. El multidisciplinar Carlson ya está trabajando en una adaptación para la televisión y un musical en Broadway, mientras que el más joven Blair empieza a publicar sus propios cómics, como “The Envious Siblings And Other Morbid Nursery Rhymes” (W.W. Norton & Co., 2019), después de haberse ejercitado en la ilustración gótica inspirada de Edward Gorey y Tim Burton. La conversación fue con Carlson, primero por videollamada y enseñándome la “maleta secreta” que contiene las cartas de Matt Rizzo con Leopold y, después, por escrito, con su afinada pluma.

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¿Qué significa para ti y para Landis que vuestra novela gráfica empiece a ser traducida a otras lenguas?

Estamos muy agradecidos de que nuestra historia esté cobrando vida propia. Nunca pensamos en una edición en otro idioma cuando estábamos trabajando en el libro, pero tiene sentido que el “lenguaje secreto del poeta” trascienda las diferencias culturales.

Inicialmente, planteaste “L’accident de caça” como una película. ¿Por qué elegiste finalmente el cómic como medio para contar esta historia?

Cuando empecé a trabajar en el relato, escribí un guion. Al mismo tiempo, colaboraba con un dramaturgo que estaba preparando una versión teatral de la historia real. En nuestro mundo saturado de entretenimiento, hay muchas posibilidades de narración diferentes. Pensé que tendría sentido hacer un despliegue transmedia. Cuando me planteé crear una novela gráfica, creí que simplemente estaría haciendo un storyboard para la película. Pero, por supuesto, una vez que empecé a trabajar con Landis, el libro cobró vida propia. Las exigencias de una novela gráfica son diferentes a las de una película. En un filme, el montaje determina el ritmo. En una novela gráfica, es el lector quien lo controla. Fue un descubrimiento realmente emocionante porque pudimos estratificar la historia no solo horizontalmente, sino también verticalmente. Así que hay varias capas que se entrelazan a lo largo de la historia, de principio a fin. La intensidad de las imágenes de Landis nos sugirió que podíamos profundizar en un tema, un pensamiento o un poema concreto en páginas individuales.

¿Cómo te pusiste en contacto con él para ilustrar el guion?

Nunca había leído una novela gráfica antes de empezar este proyecto, así que fui a una convención de cómics en Chicago para ver si podía encontrar a un ilustrador con el que trabajar. Había más de cien instalados en la Artist Alley y recorrí las filas de mesas observando los diferentes estilos de ilustración. La gran mayoría hacían dibujos de tipo superhéroe y no creí que eso se ajustara a la historia que necesitaba contar. Entonces me topé con Landis, que vendía esos pequeños libros de cuentos que hacía, y me llevé una de sus tarjetas de visita. Lo llamé al cabo de una semana y me confesó que nunca había dibujado una novela gráfica. Pero me pareció que eso encajaba muy bien conmigo.

“Las exigencias de una novela gráfica son diferentes a las de una película. En un filme, el montaje determina el ritmo. En una novela gráfica, es el lector quien lo controla”

¿Cómo trabajasteis e imaginasteis las imágenes? ¿La novela gráfica os daba más libertad que otros soportes?

Después de darle el guion a Landis, él se pasó unos tres meses creando bocetos en miniatura de cada página. Me resulta sorprendente volver a mirar esas primeras imágenes y ver que sobrevivieron en el libro final. Su instinto sobre cómo contar la historia visualmente era perfecto. Una vez que tuvimos las miniaturas, el siguiente paso fue ampliarlas al mismo tamaño que en el libro y, más tarde, las pegamos en grandes tableros de espuma que cubrían nuestro estudio. Luego, pasamos los siguientes tres o cuatro meses recorriendo literalmente la historia, colocando notas post-it de diferentes colores en determinadas páginas y paneles que nos ayudaban a organizar los temas. Estudiamos dónde debían estar los saltos de capítulo, y nos centramos en el paso de página y en el impacto que tendrían los pliegos de doble página a lo largo de la historia. Fue un proceso muy fluido y orgánico. Durante esta fase del trabajo, la historia se convirtió realmente en una visión singular que ambos compartíamos.

¿Fue una evidencia conectar la historia de Matt Rizzo con el “Infierno” de Dante?

Cuando Charlie Rizzo me dijo que Nathan Leopold había educado a su padre en la literatura clásica, empecé a investigar qué autor y qué libro debería leer Matt en la historia. Durante mi investigación sobre la prisión de Stateville, encontré una postal de los años 40 que mostraba el interior de la prisión en panóptico. El diseño del panóptico fue creado en el siglo XVIII por el filósofo inglés Jeremy Bentham, que pensaba que se podían incorporar a la arquitectura las estructuras de poder de una sociedad. Al crear una prisión circular con una única torre en el centro, los prisioneros tendrían la sensación de estar siempre vigilados.

Al mismo tiempo, estaba investigando sobre Dante y me topé con una ilustración del artista florentino Bartolomeo di Fruosino, que mostraba la topografía del infierno como círculos en capas. Esa imagen encajaba perfectamente con los círculos que formaban el “infierno” de la prisión de Stateville. Y como Matt Rizzo, el protagonista de la historia, era ciego, quería encontrar una forma de que el lector viera el mundo a través de sus ojos. Así que optamos por adentrarnos en la imaginación de Matt. Landis fue transformando poco a poco Stateville en el Infierno de Dante a lo largo del libro.

Un “Infierno” reimaginado.
Un “Infierno” reimaginado.

Cuando conociste la historia de Matt Rizzo, ¿pensaste enseguida en convertirla en material de una ficción?

Charlie y yo salimos a desayunar un día y empezó a hablarme de su padre. Al crecer en Chicago, había oído hablar de los infames y célebres asesinos Leopold y Loeb y me sorprendió que Leopold hubiera salvado la vida de su padre. Era una historia tan poderosa de redención y segundas oportunidades que le dije que quería hacer algo con esa historia. Charlie se alegró mucho porque le había prometido a su padre, en su lecho de muerte, que intentaría publicar su obra.

¿Crees que la “verdad de la imaginación” es más poderosa que las imágenes objetivas, como la cita de Keats que figura en el libro?

Uno de los temas que surgieron de la historia fue lo que el poeta romántico John Keats describió efectivamente como la “verdad de la imaginación”. La idea aquí es que la imaginación es tan verdadera como cualquier hecho. La pregunta es cómo utilizamos nuestra imaginación. Somos creadores de imágenes y los cuadros que pintamos dentro de nuestra cabeza determinan el tipo de experiencias que tenemos y el tipo de vida que llevaremos. La mente es, con mucho, la herramienta más poderosa que los humanos emplean en esta vida.

“Estaba investigando sobre Dante y me topé con una ilustración del artista florentino Bartolomeo di Fruosino, que mostraba la topografía del infierno como círculos en capas”

Todo lo que cuenta sobre Matt Rizzo y Nathan Leopold pasó realmente...

Pasé unos seis meses hablando con Charlie sobre su padre. Leí todos los escritos de Matt que están en una colección de la biblioteca Newberry de Chicago. Y escuché horas y horas de cintas de casete que Matt había grabado como parte de su proceso de escritura. Charlie también había realizado entrevistas con miembros de la familia. Y “el crimen del siglo” de Leopold y Loeb es uno de los asesinatos más documentados de la historia. A la fiscalía le preocupaba que el abogado Darrow salvara a los chicos declarándolos locos, así que contrataron a tres alienistas (que era como se conocía a los primeros psiquiatras) para que los entrevistaran. Por su parte, Darrow también contrató a tres alienistas para la defensa, mientras que Leopold y Loeb dieron entrevistas exhaustivas sobre su vida. Todas las transcripciones del tribunal se encuentran en una colección de la biblioteca de la Universidad de Northwestern, en Evanston, y el Museo de Historia de Chicago tiene los archivos personales de Leopold de su tiempo en prisión.

Tuve que basarme en los recuerdos de Charlie sobre las historias de Stateville que Matt le había contado, pero en su autobiografía, “Life Plus Ninety Nine Years” (1958), Leopold también se detiene en cómo enseñó a Matt a leer en braille. Y están las transcripciones en la audiencia para la libertad condicional de Leopold que hizo el poeta Carl Sandburg. Utilicé “la verdad de la imaginación” para escribir los diálogos entre Matt y Leopold en la cárcel, pero los hechos son reales.

¿Se pueden encontrar también elementos autobiográficos en la novela?

Como soy padre de tres hijos, me resulta imposible no sentirme conectado a la lucha de los padres en esta historia. Al igual que Charlie, tuve la suerte de tener un buen padre, amable y cariñoso. Pero ser padre es una carga muy pesada para un hombre. Se cometen errores. No pude evitar preguntarme si el padre de Leopold se sintió en cierta manera responsable por lo que hizo su hijo.

El monstruo interior.
El monstruo interior.

Da la impresión de que, leyendo el libro, podemos entender los cambios en la sociedad de Chicago durante el último siglo.

El barrio en el que Charlie creció (en el sur de la ciudad) sigue siendo un caldo de cultivo para el “Outfit de Chicago”, la mafia. El crimen organizado continúa existiendo, aunque se ha vuelto mucho más sofisticado.

¿Cómo ha cambiado la situación en las cárceles de Estados Unidos respecto a hace cien años?

Mi investigación sobre los documentos de las cárceles en los años 30 muestra un serio esfuerzo por entender quién es el preso y cómo podría rehabilitarse. Hay documentos de ingreso que hacen un perfil de cada persona que entra en Stateville. Y Leopold y Loeb fueron capaces de crear bibliotecas en la prisión con la riqueza de sus familias y comenzar a dar clases.

El año pasado, el departamento Correccional del Estado de Illinois gastó en total 12 dólares en libros. Hace poco intentamos dar al sistema penitenciario algunos ejemplares gratuitos de “L’accident de caça” y no los quisieron. El complejo industrial penitenciario de Estados Unidos está envenenado por las prisiones privadas con fines de lucro. Los estadounidenses son unos santurrones. Consideran que es su deber castigar al pecador. La concepción no es “uno de los nuestros se ha descarriado”; los llaman delincuentes, convictos, prisioneros. Nunca piensan como padre, hijo, hermano… Es draconiano. Como el “Infierno” de Dante.

“Mientras el capitalismo tardío pelea con el declive del imperio americano, parece que hay mucha gente que prefiere estar en su círculo del infierno por miedo a emprender un camino que, aunque lleno de riesgos, les llevaría a la plenitud”

¿Se encuentra la sociedad estadounidense en el infierno?

Tuve la suerte de visitar una vez Barcelona y se me ocurrió que podría tener una visión completamente diferente de la historia humana si hubiera crecido rodeado de cosas que se remontan a la época medieval. Estados Unidos es relativamente nuevo en esto. Somos adolescentes en el escenario mundial, y ciertamente estamos actuando como tal. La premisa subyacente en el “Infierno” de Dante es que todo el mundo está donde está debido a las decisiones que tomó. Se está en el infierno que uno mismo escogió. Y no se trata de la condenación eterna. Es una especie de relato de advertencia acerca de la vida que estamos llevando. Podemos elegir estar en algún círculo del infierno, o podemos estar en un camino hacia el Paraíso. Mientras el capitalismo tardío pelea con el declive del imperio americano, parece que hay mucha gente que prefiere estar en su círculo del infierno por miedo a emprender un camino que, aunque lleno de riesgos, les llevaría a la plenitud. En cambio, dejan que el miedo decida su destino.

La musicalidad de un encierro.
La musicalidad de un encierro.

¿Por qué elegiste a Pau Casals con su violonchelo como música que se oía en la vida cotidiana entre Matt y Charlie?

Durante la creación de la novela gráfica, Landis y yo tuvimos la idea de hacer un experimento con la ceguera. Invitamos a unas ocho personas a unirse a nosotros un sábado en el que nos sentamos en una habitación, sellada con luz, durante todo el tiempo que pudiéramos aguantar. Les di a todos un antifaz para dormir y un bastón blanco y les dije que se dirigieran a la sala trasera de nuestro estudio, donde encontrarían asientos. Una vez ahí, cerré la puerta, les dije que se quitaran los antifaces y les fui pasando objetos para saber si los podían reconocer con las manos. Además, había una mesa para intentar hacer sándwiches de mantequilla de cacahuete y mermelada. Duró unas tres o cuatro horas, y la última hora se llenó de un silencio grave. Para terminar la sesión, puse las suites para violonchelo de Bach a cargo de Pau Casals. Cuando empezó a sonar, mi cabeza se llenó de música y eso me alivió mucho. En ese momento tuve la idea de que podía sobrevivir a la ceguera porque todavía había belleza en el mundo, aunque no pudiera ser vista. ∎

Tras las tinieblas

DAVID L. CARLSON / LANDIS BLAIR
“L’accident de caça”
(Editorial Finestres)

El hecho de que David L. Carlson y Landis Blair no hubieran escrito nunca una novela gráfica jugó, en esta ocasión, a su favor. Dado que el género es relativamente joven, desde que los cómics se aceptan plenamente en su dimensión adulta, todavía hay mucho campo por recorrer. Y aparecen sorpresas como esta en que se mezcla un relato filial rodeado de atmósfera de serie negra, con saltos e intrigas en el tiempo, junto a una reflexión sobre la capacidad de la literatura y la poesía de aspirar a una vida mejor que la que las circunstancias nos han determinado o conducido.

La propuesta podría haber resultado pretenciosa si Carlson y Blair no hubieran desplegado un caudal de imaginación asombroso para hacer congeniar vida cotidiana y avatares con las citas a Homero, Platón, Dante o Whitman. Carlson hilvana una historia a varios niveles personales, temporales y mentales y Blair lo transforma en un torbellino en blanco y negro sombreado de imágenes, ilustraciones a página completa o doble página y lazos interminables que se enroscan de secuencia en secuencia. La “Comedia” (1472) de Dante se convierte en alegoría del Chicago de los años 20 a 70 del siglo XX, con su mafia local, las rutas cruzadas de los personajes y la cárcel de Stateville, que tiene un presidiario célebre en la figura de Nathan Leopold, cuya relación con el protagonista del libro, el ciego Matt Rizzo, es el hilo conductor del cómic.

Las vidas atormentadas de todos ellos se reflejan en el Infierno concebido por Dante y en esos círculos como serpientes que los rodean, pero también en las notas musicales que los elevan a una categoría superior para tratar de escapar a su destino. Es un aprendizaje de la vida y una transmisión entre padre e hijo como legado de redención en un mundo que siempre nos deja una segunda oportunidad. Carlson y Landis han hecho el viaje a las tinieblas y han salido victoriosos del envite. ∎

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