Delante de ti

La filmografía del coreano Hong Sangsoo es constante y fiel a sí misma como pocas; y avanza sutilmente pero consolidando su estilo cinematográfico. “Delante de ti” (2021; en España 2022) es otra muestra más, otro motivo más para reafirmar la maestría de su cine.

La película arranca como una de las más luminosas, bellas, amables y sencillas de Hong Sangsoo, pero no por ello es menos relevante. Nos presenta una historia aparentemente sin doblez: una mujer madura que vive desde hace años en Estados Unidos regresa a Seúl y se reencuentra con su hermana menor y su sobrino. No obstante, en el cine de este director no importa tanto el “qué” sino el “cómo”. Cómo filma esas tres o cuatro secuencias larguísimas en la que sus actrices van al hueso, a la esencia tanto del séptimo arte como de la condición humana.

Para quienes se crucen por primera vez con una de las historias del realizador de Seúl es importante resaltar que este rueda las películas antes de tenerlas planificadas y que siempre incide en las relaciones interpersonales de la sociedad coreana. Es más, en estas conversaciones entre sus protagonistas, en los detalles y en los huecos de las mismas, es donde reside la luz de su estilo a la hora de filmar. También es un apasionado de los planos-secuencia largos y estáticos, así como del zum para volver a encuadrar los gestos que más le interesan. Y en muchas ocasiones utiliza estas largas escenas como espacio en el que dar lugar a conversaciones sobre el cine y el alcohol, pues en todas sus películas sus personajes beben casi hasta perder el conocimiento. Sin ir más lejos, “Grass” (2018) transcurre prácticamente en el interior de un bar. Aquí, será en las escenas de bar –también largas y estáticas– donde entenderemos parte de la psicología de la protagonista.

“Delante de ti” sigue estos denominadores comunes pero sorprende en algunas cuestiones formales, como esa inesperada voz en off que sirve como monólogo interior para adentrarnos en las dudas e impresiones de la protagonista, Sangok, interpretada por la conocida actriz coreana Hyeyoung Lee. Son intervenciones que puntualmente hilan la narración.

La historia transcurre en poco más de 24 horas, y retrata a una mujer adulta que ajusta cuentas con su pasado. Aunque a priori no entendemos por qué ha vuelto, Sangsoo pronto nos brinda las claves en lo minimalista y cotidiano; en los detalles que esconden las conversaciones entre Sangok y su hermana, entre Sangok y el cineasta que se interesa por la actriz para que forme parte de su película. Así, pronto entenderemos que tan importante es saber irse como saber volver. Esta es una de las lecciones que nos da el director en su discreto relato, para ir introduciendo otra preocupación de la protagonista, más dolorosa y grave, que no desvelaremos aquí.

Si el cine siempre le ha servido al Hong Sangsoo para volcar sus propias preocupaciones, poco a poco alcanza una madurez que, en esta película, culmina en la apuesta por un enfoque optimista, pues su protagonista está convencida de que todo lo que tiene delante de sus ojos es lo único importante.

La aparente sencillez de sus historias se vuelve más compleja porque el cine de Hong Sangsoo nos pide atención. No solo que miremos y escuchemos, sino que nos dejemos embaucar por el ritmo formal que propone. Sangsoo continúa fiel al minimalismo en la puesta de escena y el encuentro como espacio mágico de las relaciones humanas. Y en este filme quizá sea donde logre unos personajes más genuinamente auténticos y desnudos. Sin duda, es una de esas cinematografías silenciosas, pausadas, que son muy agradecidas como experiencia colectiva y en pantalla grande. ∎