Libro

Donat Putx

Canet Rock. Mig segle de música i folliaEnderrock Llibres, 2025

Para aquellos que siguen la actualidad de la música popular en catalán, este es un texto clarificador para entender el sueño de una noche de verano musical que no acabó de cuajar. La idea de celebrar un festival de un día, de doce horas de duración, no dejó de ser una aspiración más que una concreción. Víctor Jou (1939-2023), rector de la sala Zeleste, inaugurada en 1973, estaba acostumbrado a la teoría pero fue incapaz de gestionar de manera solvente un plan de actuación. La improvisación y la buena voluntad mandaban más que la realidad de las cosas.

El cartel de Canet Rock de 1975 estuvo formado, en buena medida, por nombres integrados en la corriente conocida como ona laietana, que basculaban entre el jazz fusión y el rock progresivo de entonces. Además, estos artistas solían grabar para el sello Zeleste-Edigsa. También incluía representantes de la canción de autor. Muchos de ellos repitieron en citas posteriores. El lugar escogido fueron unos terrenos conocidos como Pla d’en Sala, en Canet de Mar, en pleno Maresme.

Donat Putx (Granollers, 1966), firma en Rockdelux y habitual reseñador en ‘La Vanguardia’, pone en orden la historia de Canet Rock desde la revisión documental y el relato oral, que es rico y contradictorio a la vez. A partir de una fina ironía, introduce un punto dulce para explicar unos momentos que no vivió, cosa que proporciona al relato una mirada limpia, más real. Sin embargo, distintos entrevistados se expresan desde la añoranza para justificar la inexistencia de referentes, según reveló el productor y programador de Zeleste, Rafael Moll (1951-2023). Aun así, existieron algunos precedentes como el festival de Folk del Parc de la Ciutadella (Barcelona, 1968) o el festival de música progresiva celebrado en Granollers en 1971. Las cuatro primeras ediciones de Canet Rock, celebradas entre 1975 y 1978, forman el corpus de la obra.

Para los estudiosos de otras realidades paralelas en el tiempo, como la nova cançó, “Canet Rock. Mig segle de música i follia” es un estupendo ejercicio de contrapeso musical y de memoria, bien estructurado, presentado como si de un expediente de actuaciones se tratase. El autor, ante tal antología de datos, hechos y declaraciones recogidos no pierde el ritmo interno de la narrativa. Al contrario, la lectura se torna ágil y fluída. Putx también refiere el documental “Canet Rock” (Francesc Bellmunt, 1976), con guion del periodista y escritor Àngel Casas (1946-2022).

En el programa inaugural del 26 de julio de 1975 constaban Maria del Mar Bonet y también Sisa, que no actuó por una prohibición administrativa que se explica en el texto. Pau Riba y su ambivalente directo, alabado y criticado por igual. Orquestra Mirasol y Música Urbana, con un juvenil Carles Benavent. Además, figuraban en el programa Companyia Elèctrica Dharma, Fusioon, Ia-Batiste, Iceberg, Gualberto –de los entonces ya disueltos Smash–, los bramidos de Oriol Tramvia y la acertada pachanga de la Orquestra Plateria. También el singular Jordi Sabatés, que junto a Tete Montoliu –que nunca apareció– debía interpretar “Vampyria” (1974), un álbum fundamental del jazz de este país. Sumen a Barcelona Traction y al dúo Lole y Manuel, que dejó huella desde el desconocimiento hasta el cielo de la audiencia.

A aquella locura –follia, según reza en el título de la obra– acudieron miles y miles de personas. Como no se previó tal afluencia, tampoco se observó la manera de canalizarla. El desastre organizativo también perjudicó la calidad del sonido, así como el cumplimiento de los horarios programados, la intendencia y los servicios públicos. Además, los presupuestos y las deudas siempre maniataron el evento.

Los presentes en la primera convocatoria de Canet Rock no percibieron una experiencia transformadora que sí aconteció unos meses antes, en octubre de 1974, con la presentación de Frank Zappa en el antiguo pabellón del Joventut de Badalona. Parte de los actuantes bebía del ideario del compositor de “Freak Out” (1966) y “Hot Rats” (1969). El festival fue un acto comunitario. A propósito de ello, Putx indica que “Canet Rock surgió en un momento en que el franquismo ya estaba agonizando. Dentro del festival se generó una isla de libertad, pero era una libertad más vital que efectiva”. La tercera cita de Canet Roc, que perdió la k por el camino, cuenta con el doble álbum “Canet Roc 77” (RCA, 1977), producido por Moll.

La segunda época de Canet Rock se inició en 2014 y se celebra cada año en el mismo lugar con un relevante éxito de público. La promotora SunMusic se atiene a la cuenta de resultados antes que a cualquier otra consideración. La programación se nutre del mainstream que se escucha en la radio y en las plataformas. El objetivo son nombres cotizados, no promesas. Como reza el texto, es simple y llanamente la fiesta mayor de las fiestas mayores del verano musical catalán. En el libro se incluye un set de fotografías bien conocidas, un anexo con todas las programaciones y un índice onomástico. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados