Hace ya trece años que Isabelle Huppert pisó por primera vez Corea del Sur con “En otro país” (2012) de la mano de Hong Sangsoo, y lo que parecía una visita fugaz, apenas un détour en las prolíficas trayectorias de la actriz y el cineasta, parece que va camino de convertirse en una feliz tradición. Su segunda colaboración, “La cámara de Claire” (2017), tuvo como escenario Francia, y más concretamente el Festival de Cannes, y en “La viajera” (2024; se estrena hoy), su tercera película juntos, regresan a Corea para declinar una vez más ese encuentro entre culturas, esta vez con Huppert en el papel de Iris, una desenfadada extranjera que enseña francés en Seúl.
Si bien es cierto que las anteriores películas del tándem Hong-Huppert estaban construidas de manera muy consciente alrededor de la figura de la actriz –en la primera interpretaba a varias mujeres, desde una directora de un festival de cine de visita en Mohang a una rica ama de casa, mientras que en la siguiente hacía el papel de una parlanchina turista en Cannes–, esa excepcionalidad es aún más excepcional en “La viajera”. Primero porque, en el continuo ejercicio de depuración narrativa de Hong, el personaje de Iris está construido con lo mínimo, en una decisión que, deliberada o no, realza aún más la sola presencia y fotogenia de la actriz. Segundo, porque la cuestión de los idiomas y la traducción define muy bien la distancia entre Huppert como extranjera y el resto de los personajes, y, por tanto, su singularidad.
Por supuesto, el método de Iris para enseñar francés es todo lo sui generis que cabe esperar de una película de Hong, y no cuesta identificar ciertas similitudes entre la forma de rodar del surcoreano –sin guion y a merced del azar– y la excéntrica y poética técnica de aprendizaje de idiomas ideada por la protagonista, que pasa por que los alumnos creen un vínculo emocional con la nueva lengua. Ese sistema y las diferentes situaciones en que Iris lo pone en práctica con sus estudiantes no es solo un pretexto narrativo, sino que funciona también como un método por el cual los alumnos acaban conociendo algo de sí mismos.
Decir de la última película de Hong –o penúltima, porque en cuestión de meses llega a salas “En la corriente” (2024), y “What Does That Nature Say To You” (2025) está pendiente de estreno– es la más poética de su producción reciente ya parece un lugar común, pero es cierto que “La viajera”, con su ligereza y las rimas asonantes entre cada una de las escenas que la componen, posee una sensibilidad particular. Evidentemente, también por la doble cita al poeta Yun Dong-ju que puntea un par de escenas en la cinta, pero sobre todo por la manera en la que Iris entiende el universo en que se encuentra como un círculo de correspondencias vitales, como un mundo al que observar en su forma natural y desde la emoción más sincera. Quizá por ello Hong enmarca a su protagonista envuelta en un color verde enérgico y a la vez sosegado, un verde por momentos chillón, pero también de un misterio insondable. ∎