La tragedia da pie al misterio.
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Los diez mandamientos para disfrutar de “Servant”

El final de “Servant” (Apple TV+), la atípica serie creada por Tony Basgallop con dirección estelar y producción de M. Night Shyamalan, invita a analizar los afinados resortes creativos que la han convertido, también, en posible protagonista de futuros cultos. Al resumir su particular ley, de forma apócrifa, se confirma que detrás de esta obra hay mucha tela que cortar.

Cuatro temporadas y cuarenta episodios después, “Servant” (2019-2023) ha culminado su recorrido en Apple TV+. La serie creada por Tony Basgallop ha sido un título clave en la primera etapa de la plataforma que, luciendo la dirección estelar y la producción meticulosa de M. Night Shyamalan, puede hacerte creer cualquier cosa: que un bebé vuelva a la vida a través de una reborn doll, que Rupert Grint era el más molón del trío de “Harry Potter” o que la mejor destilación de suspense de los últimos años se encuentra dentro de píldoras semanales de media hora.

Una vez clausurada, el culto de “Servant” aumentará a medida que sea descubierta. Para no levantar falso testimonio, dejemos claros los diez mandamientos que debes tener en cuenta para unirte a su credo.

Terror psicológico en familia.
Terror psicológico en familia.

1. Amarás la puesta en escena sobre todas las cosas

De todos los mandamientos, este es el más importante. En una era en la que calidad y prestigio se miden por desembolsos presupuestarios mayúsculos sin imágenes que justifiquen ningún aspaviento, la pulcritud demostrada por Shyamalan y directores de fotografía talentosos como Mike Gioulakis en “Servant” –a la hora de componer planos y construir su narración visual– es un oasis de encuadres y ángulos de cámara en medio del desierto gramatical del streaming. Ocurren muchas cosas disparatadas a lo largo de la serie, ya hablaremos de eso, pero lo fundamental siempre es cómo se cuentan.

2. No tomarás el nombre de Shyamalan en vano

Su reino no es de los acontecimientos, sino de la imagen. Así pues, a todos los efectos esta es una serie de Shyamalan, mucho más que su anterior incursión puntual en el formato con “Wayward Pines” (2015-2016); si para certificar la diferencia quieres pasar por el trance de ver otro título pergeñado por Basgallop, como “El consultor” (2023), allá tú. La creencia, la duda, las narraciones y la fe son puntos cardinales en la obra del cineasta indio y disparan la brújula argumental de “Servant” en todas direcciones, con cinco episodios clave dirigidos por el propio Shyamalan.

Las apariencias engañan.
Las apariencias engañan.

3. Santificarás la duda

La familia Turner perdió a su bebé, Jericho, a las trece semanas de nacer. Sumidos en la oscuridad, para sobrellevar el duelo y sobreponerse al dolor deciden comprar una reborn doll que atenúe la pérdida. Entonces surge la idea de contratar a una niñera para que la cuide y complete la ficción. Es a partir de ahí cuando las cosas empiezan a volverse raras. La verosimilitud no forma parte del vocabulario de “Servant” porque es el papel del que está hecho su diccionario: el gran logro de la serie es hacerte creer, dudar y volver a creer, junto a los protagonistas, que Jericho ha resucitado, que la niñera Leanne (Nell Tiger Free) tiene poderes sobrenaturales, que la casa y la Naturaleza reaccionan a sus cambios de humor, que todo es una patraña orquestada por una secta religiosa demencial o todo lo contrario.

4. Honrarás a los protagonistas

Casi quince años después de interpretar a Claire Fisher en “A dos metros bajo tierra” (Alan Ball, 2001-2005), Lauren Ambrose vuelve a dar un recital actoral mayúsculo como Dorothy (el guiño a “El mago de Oz” no es casual), la reportera dicharachera, controladora madre de Jericho y manojo de nervios que forma un torbellino tan absorbente como las ondas de su cabello pelirrojo. El plano de reacción más importante de la serie, en el penúltimo episodio y con un trávelin muy delicado con Shyamalan al otro lado de la cámara, es un prodigio de rostro descompuesto que lleva la procesión por dentro. Todo lo opuesto al tono estridente y exagerado que domina las discusiones domésticas más floridas con su marido Sean –un Toby Kebbell resignado a ser víctima de las circunstancias– y con su hermano Julian, interpretado por un Rupert Grint pletórico, siempre con una copa de vino en la mano y una mala palabra en la boca.

El mal rollo como motor de la trama.
El mal rollo como motor de la trama.

5. No matarás el relato

La duda es el combustible de la serie, la miríada de variaciones y requiebros que se pueden desarrollar a partir de la misma cuestión –¿ha resucitado Leanne a Jericho?– son su motor. Hay mucho de perverso juego buñueliano en la cantidad de infortunios y hasta plagas bíblicas que “Servant” lanza sobre los Turner mientras lidian con su desconfianza, conspiraciones caseras y sensación generalizada de falta de control sobre lo que acontece. La pandemia arreció en medio de la producción de la serie, lo que llevó a agudizar el ingenio y mantener la propuesta muy circunscrita a las cuatro paredes del hogar de los Turner en Filadelfia. Economía de medios, que no de soluciones: cuando ha hecho falta, a la mansión le han salido sótanos, buhardillas, patios traseros y todas las ampliaciones inmobiliarias que el guion ha requerido para que la historia siguiera adelante, haciendo del polimorfo edificio un personaje más y de la necesidad, claro está, virtud.

6. No rechazarás actos impuros

La segunda temporada incluye una delirante subtrama en la que, con el objetivo de espiar lo que ocurre dentro de una casa ajena, los Turner montan un negocio de pizzas deluxe a domicilio para poder acceder al interior. Es en soluciones argumentales como esta, los ridículos reportajes de Dorothy para el informativo local, la carrera de Sean en realities de cocina demenciales o el ditirámbico detalle con que enumera los exóticos ingredientes de sus platos ultraelaborados, donde el compromiso de “Servant” con el humor queda patente. La serie nunca ha pretendido tomarse en serio a sí misma ni quería que tú lo hicieras más que sus personajes.

Rupert Grint y Tony Kebbell en un enredo demencial.
Rupert Grint y Tony Kebbell en un enredo demencial.

7. Reclutarás el mejor talento

Además de esculpir la gramática visual de la serie con sus episodios, Shyamalan ha empleado “Servant” como una incubadora de talento donde, además de darle trabajo regular a su hija Ishana, directora de seis episodios y guionista de nueve, ha reunido a algunos de los mejores realizadores –en particular, realizadoras– del género del suspense y terror. Han dirigido episodios gente tan variada como Julia Ducournau antes de ganar la Palma de Oro en Cannes 2021 por “Titane”; Kitty Green, directora de “The Assistant” (2019); Isabella Eklöf, la responsable de “Holiday” (2018); o Veronika Franz & Severin Fiala, el equipo realizador de “Buenas noches, mamá”. También viejos conocidos de la realización bien calibrada en multitud de series, como Daniel Sackheim, Nimród Antal o el tan añorado en la gran pantalla John Dahl.

8. Darás todos los giros y falsos testimonios posibles

Si estamos jugando con los puntos de vista, las percepciones y lo que no se llega a ver, cuanta más mediación tecnológica haya de por medio más posibilidades de engañar al espectador se despliegan ante los guionistas. Videollamadas, dispositivos de vigilancia y demás cachivaches han servido para llevar la narración más allá de los límites del hogar y el barrio mientras prolongaban el efecto de un narrador poco fiable a la aparente objetividad factual de lo que se ve en una pantalla. Puro subtexto meta para integrar de forma orgánica en la narración nuestro cotidiano multiverso de pantallas.

En el multiverso de pantallas.
En el multiverso de pantallas.

9. Que la música guíe tu camino

Toca hablar de una vez del arma secreta de “Servant”: la música de Trevor Gureckis. La tensión que aportan las partituras del compositor –posteriormente incorporado por Shyamalan al equipo de “Tiempo” (2021)– se palpa en cada minuto de metraje gracias a un manto sonoro de desasosiego persistente que sustituye las cuerdas crispadas habituales en el terror con instrumentos de percusión como crótalos, metalófonos y campanas tubulares. Un logro atmosférico en sí mismo que contribuye a crear la sensación de irrealidad en la que tan bien se mueve la serie.

10. No codiciarás la televisión “de calidad”

Episodios de media hora que hacen equilibrios en la fina línea del arco argumental serializado y la sutura narrativa con broche que cierra y resuelve las rimas pendientes antes de dar paso al cliffhanger. Suena a propuesta televisiva de otra época, pero es la más bienaventurada de la nuestra. No quita tiempo y sacia el apetito. ¿Qué más necesitas para rechazar otros ídolos y pasar a integrar su credo? ∎

¿Qué fue de Jericho?
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