Serie

Manhunt. La caza del asesino

Monica Beletsky(miniserie, Apple TV+)
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A pesar de su corta historia, o precisamente por eso, Estados Unidos siempre ha tenido la necesidad de llevar al cine una y otra vez las mismas gestas de su pasado. Pero, sobre todo, ha mostrado una fascinación obsesiva por sus grandes figuras, como es el caso del presidente Lincoln. De hecho, casi podemos hablar de un pequeño género en sí mismo, ya que según la revista ‘Time’ el presidente aparece nada menos que en 153 películas norteamericanas.

La serie “Manhunt. La caza del asesino” (2024), creada por Monica Beletsky para Apple TV+, forma parte de esta necesidad y vuelve a recrear sus últimos días y su asesinato, llevado a cabo por actor John Wilkes Booth en el Teatro Ford de Washington D.C. la noche del 14 de abril de 1865. Sin embargo, y a diferencia de otros productos, se centra en los doce días posteriores a su fallecimiento y, especialmente, en las consecuencias políticas que provocó este magnicidio en un país que apenas unos días antes había logrado la victoria contra los confederados –la Guerra de Secesión– y había propuesto la abolición de la esclavitud. Sin embargo, los confederados todavía mantenían un enorme poder desestabilizador que no fue contrarrestado por el vicepresidente, el sureño Andrew Johnson, quien asumió de inmediato la presidencia. El hombre encargado de mantener la Unión en pie fue en realidad el Secretario de Guerra Edwin Stanton, interpretado magistralmente por Tobias Menzies. Stanton es convertido aquí en un héroe que es tanto un brillante político como un sagaz detective, ya que él dirigirá la búsqueda del asesino a pesar de la limitación que le provoca una enfermedad pulmonar. Un ejemplo más de cómo Estados Unidos siempre ha entendido su historia a partir de individualidades y no como la acción de distintos agentes históricos. La salvación siempre viene de la mano de un solo hombre.

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El relato, que podría haber sido trepidante, tiene como principal problema los saltos temporales, algo que, como comentó hace poco uno de nuestros mayores expertos en series, Enric Albero, se ha convertido en un recurso excesivamente manido y fatigoso. La necesidad del corte, la fragmentación y los cambios temporales continuos sin ningún motivo concreto perjudican la narración. Toda decisión formal debe permitir que el relato sea comprendido y disfrutado de la mejor forma posible, y no ser solo una tendencia de moda y, por tanto, artificiosa. Pese a ello, es una serie que logra escapar, aunque no totalmente, de los abusos del anacronismo, lo políticamente correcto o las temáticas actuales insertadas en historias del pasado. Huye también de los anacronismos psicológicos, tan habituales hoy en día, cuando los personajes históricos actúan y piensan según los dictados de la actualidad.

“Manhunt. La caza del asesino” es una serie potente, seria, atenta al contexto histórico, a los objetos y al lenguaje. Por otro lado, su principal hándicap está en los actores que interpretan tanto al personaje de Stanton como al asesino Booth (Anthony Boyle), finalmente un actor en busca de reconocimiento, alguien que ha inventado una ficción para sí mismo y es capaz de matar por ello. Ambos sostienen la serie con su presencia. En cierto modo, su interpretación y su fuerza remiten al cine clásico norteamericano, a aquellos actores de las películas de John Ford o de Anthony Mann que lograron hacer que sus papeles no solo fueran únicos, sino que transmitieran una cierta verdad. ∎

El asunto Lincoln que no cesa.
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