Sergi Pàmies

Desde el ya lejano “Debería caérsete la cara de vergüenza” (1986), sabemos que Sergi Pàmies (París, 1960) es uno de los mejores cuentistas en lengua catalana (y castellana). Posteriores volúmenes como “Si te comes un limón sin hacer muecas” (2006) o “El arte de llevar gabardina” (2018) así lo atestiguan. Aunque también se ha adentrado en la novela –“La primera piedra” (1990), “El instinto” (1992), “Sentimental” (1995)–, es en el relato corto donde la ironía, la profundidad y la elocuencia del escritor destacan con mayor destreza: en pocas páginas es capaz de atrapar, sin sermones ni digresiones moralistas, el angst del hombre de nuestros días.

“A las dos serán las tres” (“A les dues seran les tres”, 2023; Anagrama, 2024; versión del propio autor) es otra incontestable carta ganadora del desparpajo de Pàmies para convertir la más mínima anécdota en historias que atrapan, dibujan sonrisas y estrujan los músculos del cerebro y del corazón.

Cada vez más escorado hacia la ficción autobiográfica, a través de estos diez relatos nos adentramos en los recuerdos de su despertar sexual y de su frustrado futuro como poeta (“La segunda persona”), rememoramos un viaje a un festival literario en Quebec que es una maravillosa carta de amor y respeto a Manuel Vázquez Montalbán (“Ferias y congresos”), palpamos el miedo y la inseguridad durante el allanamiento nocturno de un apartamento (“La táctica del avestruz”) y vemos cómo la concesión de un premio literario en una ciudad de provincias sirve para encender el fuego de la memoria histórica y familiar (“Dos alpargatas).