Ahora que dice que lo deja, toca reconocerle a
Steven Soderbergh su habilidad para hacer películas ágiles, lustrosas y no exentas de una mirada inquietantemente ambigua.
“Behind The Candelabra” (2013, película para televisión; en España, estrenada en Canal+) lo es, al menos. Hay una seguridad de prestidigitador experto en la manera en que nos lleva de la primera contemplación socarrona del mundo excesivo y afectado del pianista Walter
Liberace (1919-1987) a la final, mucha más piadosa y comprensiva. Como también en su capacidad para plantear temas complejos con pocos trazos y dejarlos luego de lado como música de fondo: el tortuoso sentido de la paternidad del personaje interpretado sin guardarse nada por Michael Douglas o la dificultad de las relaciones de pareja cuando hay un desequilibrio de poder.
Si acaso, la película peca de un discurso algo esquemático: llega un momento en el que parece que engarce viñetas, que se reduzca a la colección de anécdotas y episodios puestos en fila. Pero es su apuesta: no la de componer un friso coral sobre Liberace, sino la de reproducir el punto de vista de Scott Thorson (Matt Damon), su amante, confidente y, en cierto modo, víctima; la selección parcial de su memoria. ∎