The Pitt

A priori, “The Pitt” (2025-), la serie creada por R. Scott Gemmill para Max, puede parecer un producto más del subgénero drama médico. Sin embargo, en cuanto uno se sumerge en el huracán que viven los protagonistas, un campo de batalla médico pero también psicológico que transcurre en las urgencias de un hospital, se da cuenta de que nos encontramos ante una de las series más sólidas del año.

“The Pitt” sobresale por varios motivos, y el primero de ellos es que prima la acción frente al desarrollo artificioso de las tramas, la precisión frente al relleno, el conocimiento científico frente a la verborrea inútil. Si en otras series las tramas paralelas están ideadas para llenar horas de emisión, “The Pitt”, con sus impresionantes 15 episodios –hecho que demuestra que los guionistas van literalmente sobrados de material y que es también toda una declaración de intenciones, cuando en plataformas como Netflix se ha pasado de emitir ocho episodios a seis o incluso menos por temporada–, sabe ir al grano: ser una serie de urgencias médicas. Prima así el rigor científico, y vemos cómo se elabora un diagnóstico médico paso por paso hasta dar con un tratamiento adecuado, todo mediante un vocabulario preciso y unas intervenciones documentadas, lo que da una credibilidad extraordinaria a cada episodio. Al mismo tiempo, es una serie sobre el aprendizaje, sobre el traspaso de conocimiento entre doctores y estudiantes en prácticas, algo que a veces olvidamos y que es la base de nuestra sociedad.

Pero es justamente por esto por lo que nos hallamos ante una de las propuestas más dinámicas, emocionantes y duras vistas en mucho tiempo, cuyos personajes se describen no tanto por sus palabras sino por sus intervenciones, por su inteligencia, su intuición y, sí, también por su psicología. El jefe médico, el doctor Michael “Robby” Rabinavitch interpretado por Noah Wyle, es el protagonista de esta temporada y la figura que lleva tanto la responsabilidad médica como el peso moral. Un actor con una impresionante presencia física cuya actuación logra transmitir cómo su personaje guarda dentro de sí cada muerte, cada error, cada fallo cometido bajo su guardia, ya que cada decisión trascendental pasa por su supervisión; decisiones que además deben tomarse en cuestión de minutos o segundos. Así, el estrés es constante. Un hombre que apenas logra soportar todo ese dolor y que se convierte en un guía perfecto –una especie de Virgilio– por ese infierno donde los cuerpos son abiertos, cortados, cosidos, y donde la sangre, especialmente en los últimos episodios, corre a raudales. Y sin embargo, no hay ninguna gratuidad, ni voyerismo. Cada herida abierta está justificada. “The Pitt” es una obra sobre el cuerpo humano, entendido aquí no como ente cerrado, sino como un organismo que puede ser abierto e inspeccionado por ojos ajenos. Se rompe de este modo la frontera entre nuestro interior y lo exterior.

Para mostrar el funcionamiento de unas urgencias hospitalarias de Pittsburg, la cámara sigue a cada personaje durante un breve período de tiempo para luego pasar a otro, alternando largas escenas con planos-detalle en ocasiones hiperrealistas. Lo que importa es el movimiento en sí, las idas y venidas sin prácticamente pausas, logrando que el espectador quede fascinado por lo que ve y oye, una sucesión de casos, cientos en total, que de algún modo se vuelven adictivos, todo ello sin tener que recurrir a enfermedades extravagantes o raras ni misterios por resolver.

Además, “The Pitt” no cae en soluciones fáciles a la hora de construir personajes, en catarsis, redenciones o forzados arcos de transformación; todo lo contrario, los médicos parecen atrapados y sufren, son incluso agredidos, odiados, cuestionados, pero siguen haciendo su trabajo sin obtener una clara recompensa por ello. Entremedias, la serie aborda distintos temas de actualidad: aborto, racismo, el uso del “Google doctor” en vez de escuchar al médico, la perniciosa influencia de algunos influencers, los recortes en sanidad, la dictadura de las encuestas de satisfacción o los habituales tiroteos que se dan en Estados Unidos. Asuntos todos ellos que sirven también para mostrar cómo la política, el odio, el negacionismo o la ignorancia afectan a nuestro cuerpo. Así, lo que sucede en las urgencias de un hospital no deja de ser espejo de nuestra realidad. ∎