Han pasado más de dos décadas desde que algunos alcanzamos la mayoría de edad escuchando bandas de twee pop, con Stuart Murdoch transformando con melancolía las paredes de nuestros dormitorios. Uno de los grandes logros de esa época aquí fue cómo el sello Elefant marcó a toda una generación, respaldando formaciones que renegaban de cualquier pretensión barroca y se mantenían fieles a esta esencia. Y lo sigue haciendo hasta el día de hoy. Nada ejemplifica esto mejor que Alpaca Sports.
El grupo de Gotemburgo, fundado en 2012 por Andreas Jonsson, Amanda Åkerman y Lisle Mitnik (Tiny Fireflies, Fireflies, Very Truly Yours), llevaba desde 2018 sin publicar nada tras el lanzamiento de “From Paris With Love”. Cambiar de ciudad, abrir nuevos capítulos en sus vidas, enfrentar problemas de salud y sobrellevar la pérdida de seres queridos los mantuvieron en pausa. Pero, sin duda, la espera ha merecido la pena: “Another Day”, su nuevo trabajo, brilla de manera especial gracias a la excelente producción de Ian Catt (Another Sunny Day, The Field Mice, Saint Etienne, Trembling Blue Stars, Shampoo…), que aporta un brillo extra a las canciones, así como al mayor uso de coros, con la acertada incorporación de Cristina Quesada, compañera de sello en Elefant.
Siempre es arriesgado titular una canción “Always on My Mind”, un título icónico de Elvis Presley que fue popularizado por Pet Shop Boys. Sin embargo, lo más sorprendente es cómo, desde el lanzamiento del sencillo unos días antes y que ya os anunciamos aquí, su pegajoso estribillo se nos ha quedado grabado con la persistencia de una anémona de mar. Aunque la letra no hace ninguna referencia directa al dúo inglés, hay un eco de su espíritu en el inicio de las baterías y en el énfasis sobre la dificultad de olvidar a alguien. Esa nostalgia comienza evocando momentos felices de verano: “You were here with me / When the sun was in your eyes / The ocean in your hair / The taste of salt on your lips”. La diferencia con el tema de apertura, “Tomorrow I’ll Be Fine”, es que en esta se percibe un ambiente nublado pero los teclados dejan entrever que el sonido del sol sigue asomándose entre las nubes. Y sí, cuando una canción bonita logra levantarnos una sonrisa, entendemos algo tan simple como esto: no hay razón para complicar las cosas.
Si hasta ahora nos podíamos imaginar bailando en un escenario o lanzando confeti, hay otros temas que nos sorprenden disimulando una lagrimita. Un ejemplo es el contundente final de “Tell Me” con la frase “Tell me, I can see you’re not okay”. También están esos pequeños detalles que pueden convertirse en algo increíblemente hermoso, como en “Autograph”. Este tema, con ecos a bossa nova y armonías cuidadosamente enhebradas, es un homenaje de Andreas al equipo Örgryte Idrottssällskap en el estadio Gamla Ullevi. Como siempre han demostrado desde sus comienzos, con su sonido apacible y ensoñador, la banda es capaz de alcanzar momentos especialmente melancólicos, incluso algo más empalagosos para los de piel fina, como en “Bluebells”. Eso sí, lo acompañan con sintetizadores, samples y armonías vocales, a los que seguro terminan sucumbiendo. La pista “Break My Heart” es una buena excusa para quedarse en casa: “On a friday night, when the moon was low / My mama came to ask me how I’m doing / Tears fell down when I started to talk”, mientras el corte anterior, “Slipping Through My Fingertips”, evoca tiempos más felices con sus rasgueos lánguidos y ofrece al amor una nueva oportunidad para conquistarlo todo: “You’re my kind of dream / But the promises we made up on the night we kissed”.
La recta final del álbum es de un sorprendente pedigrí mellow folk y de obligatoria escucha, con sus dos canciones más brillantes: “Tonight” y “Waiting For The Right Time”. Estas coquetean con la introspección en un clima sonoro que puede llegar a obsesionar. En la de cierre, “If Tomorrow Comes”, encontramos una colaboración entrañable: Georgie, la hija de Ian Catt, presta su voz a los coros.
Los indies y poppers de raíces solemos prestar especial atención a bandas como Alpaca Sports, con música genuina y delicada, que además suelen ser amantes de los libros y del pronóstico del tiempo, y rehúyen de los códigos estrambóticos de otras. Aunque los suecos puedan recordar a The School o Allo Darlin’, también traen a la mente a The Beach Boys, The Smiths o Acid House Kings. Lo que sabemos es que llevan funcionando desde la década anterior y son, en esencia, un grupo de doble fondo: todo lo que parece sencillo en ellos esconde una complejidad más profunda. Deberíais escucharlos. ∎