Álbum

Anna Ferrer

ParenòsticLa Castanya, 2024
Cada día es menos frecuente verlos, pero se siguen editando y aún cuelgan de un hilo en la pared de algunas cocinas. Hablamos de los almanaques, esas fascinantes publicaciones que repasan el calendario del año a razón de una página por día, reflejando datos astronómicos, el santoral, informaciones relativas a mercados y fiestas populares, pronósticos metereológicos y, tal vez, algún refrán o fragmento poético. En las Illes Balears, reciben el nombre de parenòstics, filigrana filológica que según parece deriva de la asimilación de pronòstic (pronóstico) y parenostre (padrenuestro).

Y es precisamente esta bella palabra de resonancias campesinas, “Parenòstic”, la que ha elegido la cantante, autora y compositora menorquina Anna Ferrer para titular su tercer álbum. Una producción fraguada con sintetizador e instrumentos tradicionales (guitarrón, guitarra, tamboril) en la que, de acuerdo por lo expresado por la misma artista, esta canta, compone y descompone canciones de otros tiempos. Voluntad que nos habla de una suerte de exploración artística que sitúa en un mismo vector los arraigos y la tradición y el necesariamente libre vuelo creativo.

Invirtiendo el orden y la lógica habituales en esta industria, antes que un disco “Parenòstic” fue un espectáculo en directo con el mismo nombre, dirigido para más señas por el Niño de Elche. Empezó a rodar hace tres años, pasando entre más puntos por Marruecos, Gran Bretaña, Italia o Perú. El exflamenco ilicitano ha participado del mismo modo en la grabación del álbum, aportando guitarras adicionales en algunos números. También, entre más gente, los chicos de Maestro Espada, que firman la producción de un par de cortes de este trabajo que se nutre tanto de repertorio tradicional como de canciones firmadas por la propia Ferrer, y felizmente contaminadas por el patrimonio folclórico que forma parte de ella desde muy temprana edad.

El recorrido de este almanaque sonoro arranca con su relectura de “Deixem lo dol”, tema popular de Menorca que suele cantarse el Domingo de Resurrección, y culmina con la superior M’agrada s’espigolar”, un canto de trabajo que nos habla de una de las tareas del campo (espigar) que realizaban las mujeres; en este caso, descorcha la pieza la voz de la glosadora y activista del folklore de la isla Pilar Pons, a la que se suma luego el registro de Anna Ferrer, marcando así una sucesión/crescendo de capas de definitivo encanto. En el ínterin, desfilan otros ocho temas, que en la versión física del disco son nueve con el bonus trackNa Cecília”, grabado en directo en pleno campo y sin instrumentos.

Tonadas de campo recuperadas como la contenida y bien abrigada por la electrónica Malanat” conviven en esta propuesta con gemas como la sofisticadamente elaborada, deconstruida y reverberante Heu” y su duende litúrgico. Pincelada maravillosa, como afortunada es también Son tus ojos dos puñales”, una revisitación de la “Jota des Mercadal” en cuyos versos hallamos un guiño a “La llorona” que cantaba Santa Chavela. No es por mí que canto” nos remite a la ranchera/bolero con música y letra firmada por la propia Anna, con sabia moraleja final: “No hay muerto que en vida no pague / el no haber vivido acorde a su andar”. Atención también, en este somero repaso al contenido de “Parenòstric”, a las virtudes de Glosa a Menorca”, pieza de trazo exquisito y doliente donde, sirviéndose de una melodía tradicional, nuestra autora expone su amor por una isla que, como denuncia y argumenta, se halla “en perill d’extinció”. ∎

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