Ocho discos después, Beach House aún son capaces de doblegar las expectativas del oyente. Su próximo trabajo, “Once Twice Melody”, será un álbum doble que se lanzará en cuatro capítulos diferentes, habiendo observado Victoria Legrand y Alex Scally una narrativa específica con sus particulares arcos en las dieciocho canciones. Así lo expresaron en la radio de Apple Music: “Utilizamos mucha más imaginación. No parecía otro de nuestros discos habituales, se sentía como algo más grande, una nueva manera de mirar hacia nuestra música, cinematográfica y literariamente”.
Aunque parezca mentira en una banda que ha refinado, sin apenas mutar, su sonido álbum tras álbum, aquí también hay primeras veces. Como, por ejemplo, que el dúo de Baltimore ha optado por producir los temas por su cuenta (en la mezcla, eso sí, dos estrellas invitadas: Alan Moulder y Dave Fridmann). También trabajan por primera vez con un conjunto de cuerdas en vivo, de cuyos arreglos se encargó el ilustre compositor David Campbell (padre de Beck). A la primera se presenta la oportunidad de ver cómo suenan con esos aliados. El tema titular ahonda en la experiencia surrealista, con un sonido que bebe de grandes revitalizadores de la psicodelia clásica como Stereolab y Broadcast y una letra ambigua, abierta a múltiples interpretaciones, que a priori plantea un universo lleno de vida, de una exuberancia hermosa, pero en la que la protagonista está sola.
En “7” (2019) ya habían jugado con el synthpop escuela Chromatics, y aquí toda aquella estética de conducción nocturna que glamurizaron Johnny Jewel y compañía a partir de la banda sonora de “Drive” se lleva aún más al extremo en “Superstar”. Guiños al “There’s A Light That Never Goes Out” de The Smiths al margen, la canción flota gracias a preciosas metáforas de una relación amorosa que crece y explota tan dolorosamente como el big bang y a la velocidad de una estrella fugaz. Beach House son unos románticos empedernidos, y aquí tocan todas las teclas para crear un favorito instantáneo de los fans.
La oscura “Pink Funeral”, además de ganar en un campeonato de generador de títulos de canciones de Beach House, lleva su imaginario de cuento de hadas al siguiente nivel. El dúo plantea un juego de espejos para la canción, como si de una función de ballet se tratase (en concreto, “El lago de los cisnes” de Tchaikovsky). “Through Me” es más interesante por cómo está estructurada que por lo cuenta: Beach House a vueltas con el pasado, explorando qué ocurrió para que las cosas se torciesen sin llegar a ofrecer al oyente una conclusión clara. Aunque empieza como otra de sus baladas de dream pop etéreo, la progresión estalla en un crescendo eufórico de esos que causan estragos en directo.
Una de las temáticas reincidentes en la discografía de Beach House es el misterio en un sentido amplio, y al optar por este tipo de lanzamiento el dúo hace al oyente preguntarse mil cuestiones, como si el final de “Through Me” fuese un cliffhanger de una serie. ¿Cómo sonarán las nuevas canciones? ¿Qué nuevos trucos usarán? ¿Seguirán siendo tan infalibles como siempre? Algunas de estas respuestas llegarán el 8 de diciembre, cuando lancen la segunda parte. ∎