Aunque desprovisto de la repercusión popular de fenómenos paralelos como el de Rodriguez, el malditismo indeseado de Bill Fay tiene poco parangón en la historia del pop. Llegó un momento en el que se encontraban en el mercado menos discos “oficiales” suyos que recopilaciones de maquetas, descartes y álbumes inéditos. Tesoros como “From The Bottom Of An Old Grandfather Clock. A Collection Of Demos And Outtakes 1966-70” (2004), “Tomorrow Tomorrow And Tomorrow” (2005) y “Still Some Light” (2010). El patrocinio de fans incondicionales como Jim O’Rourke, David Tibet –Current 93– o Jeff Tweedy –Wilco– , entre otros, y de sellos como Dead Oceans, donde el artista londinense ha podido publicar, tras cuarenta años de oscuridad discográfica, todos sus trabajos nuevos desde el retorno de “Life Is People” (2012), volteó felizmente la situación.
“Still Some Light” se publicó inicialmente como doble disco compacto. Lo que ahora se identifica como “Part 1” recoge las canciones del primer CD. Solo varían aspectos secundarios como el soporte –se estrena en vinilo y en los habituales formatos digitales “no físicos”– o la portada –con una foto icónica de Fay procedente del libreto de la edición original que sustituye a la pintura de inspiración cósmica de su hermano John Fay–. Una colección de temas, milagrosamente conservados durante décadas en viejas cintas y carretes en posesión de viejos colaboradores –lo que afectó negativamente al sonido–, a la que el mismo Fay se refiere con cierta justicia bíblica como “disco archivado”, pero que acabaron distribuyéndose: dos en su primer álbum, “Bill Fay” (1970), nueve en “Time Of The Last Persecution” (1971), y las canciones “Love Is The Tune” y una mejorada “Just To Be A Part” en el grandioso “Tomorrow Tomorrow And Tomorrow” (del que Marc Almond llegó a versionar el hit emocional “Cosmic Boxer”).
El resto son cortes inéditos, excepto “Blackwoods Maze”, que ya se conocía de la colección de rarezas de 2004. Canciones como “Arnold Is A Simple Man” motivan plenamente la recuperación de este material olvidado que ahora se singulariza como álbum independiente, y donde ya se aprecia la capacidad de Fay como compositor, la transparencia conmovedora de su voz o la sencillez compasiva de sus letras. El mismo artista subtituló esta primera parte como “Piano, Guitar, Bass & Drums 1970-1971”, señalando así la participación del productor Ray Russell –sus intensos punteos de guitarra eléctrica están muy presentes en las maquetas–, junto al batería Alan Rushton y el bajista Daryl Runswick, base de la banda que lo ayudó en su obra maestra de 1971. El segundo CD de la edición de 2010, que se reservó para un álbum casero registrado con dos sintetizadores –Korg y Technics–, se reeditará por separado como “Part 2”.
Aunque la recuperación de la escasa obra de Fay –ya con 78 años– siempre es una buena noticia, “Still Some Light. Part 1” no aporta nada que el fan acérrimo no conozca. Un artista que tuvo la mala suerte de vivir durante su juventud en una época con sobredosis de talento, pero la buena de no sucumbir a otro tipo de excesos como muchos compañeros de generación. Autor de emocionantes arquetipos melódicos como “I Hear You Calling” (con un toque de Beethoven), que Dead Oceans también está recuperando a través de una serie limitada de 7” destinados a versiones de Fay –de momento, por artistas como Kevin Morby y Steve Gunn– con sus originales en la cara B. ∎