Álbum

Bleachers

BleachersDirty Hit, 2024

En su reciente aparición en Coachella, Bleachers jugaron la performance del estudio en directo: un enorme rótulo de “Recording In Progress” preside el escenario, y un letrero en pantalla reza: “From The Studio To The Stage”. No es casual, parece, que en su cuarto álbum “en solitario”, acompañado por la banda que forman algunos de sus mejores y más viejos amigos, Jack Antonoff haya decidido llenar todos los posibles huecos que dejan sus múltiples composiciones y producciones para grandes estrellas del pop y construir en ellos sus nuevas canciones. El homónimo “Bleachers” podría funcionar así como un relato de sus horas de estudio, del mismo modo que como un rosario de todas sus afinidades musicales pero también modales: el drama como motor creativo, como combustible energético, como vía de exorcismo emocional.

Por esto mismo es imposible no reconocer el ADN de Bleachers, compartido con grandes figuras de la americana para todos los públicos y con ambiciones llenaestadios, pero también el de muchos de los artistas con los que ha estado trabajando en la última década. Un arma de doble filo, claro, porque del mismo modo que Antonoff es reconocible como productor –una virtud detrás de las maquinarias–, su proyecto termina por caer siempre, y más con el paso de los años, en la emulación cómoda. Ya desde el primer momento avisa “I Am Right On Time”, que parece una especie de “Dancing In The Dark” versionada por The National –el fraseo como encabalgado y el tono meditabundo de Berninger son inconfundibles, como en cierto modo la propulsión errática y ascendente de las baterías y las guitarras brillantes pero también un poquito deprimidas–. Si ya en Fun. había demostrado su pasión por el himno bombástico de rock americano con infusión popera y en Bleachers empezó con esa energía arrolladora pero como contenida –versionaba habitualmente “Go Your Own Way” de Fleetwood Mac en aquella época–, en este nuevo trabajo homónimo no hay ni trampa ni cartón –o es eso todo lo que hay–. “Modern Girl”, por ejemplo, emula el mito de Billy Joel, con esos saxos celebrativos y un fraseo que, de nuevo, puede recordar a “We Didn’t Start A Fire”.

La influencia de Bruce Springteen o de Brandon Flowers se palpa también en “Self Respect” –compuesta al alimón con Florence Welch–, esta vez sobre una programación que puede recordar a esa sensación de ascenso infinito que caracteriza al “All My Friends” de LCD Soundsystem. Y The National, con su mood agridulce, vuelven a aflorar en “Me Before You” o en “Alma Mater”, de nuevo sobre una programación muy St. Vincent en su era “Masseduction” (2017) –busquen a Antonoff en los créditos–, entre paralelismos líricos con Taylor Swift y con aparición estelar de Lana Del Rey. La propia Swift aparece en “Hey Joe”, con créditos compartidos con Aaron Dessner, dejando patente esa idea de que este nuevo álbum es fruto de todo lo que sucede entre sesión y sesión con todas sus clientas.

Y clientes: “Tiny Moves” podría ser perfectamente un descarte reservado de las sesiones para el “Being Funny An A Foreign Language” (2022) de The 1975, y “Call Me After Midnight” hace lo propio con el trabajo de los Dessner y Bon Iver con Taylor Swift, asentándose sobre una versión puramente pop de su R&B blanco, en línea con el sonido de Phil Collins. Es, a su modo, la mayor sorpresa de “Bleachers”, porque retiene la personalidad de la banda y las ambiciones de Antonoff, pero también explora –gracias a la coproducción de Kevin Abstract, con quien ya trabajó en “Arizona Baby” (2019)– relativamente nuevos territorios para él, al menos desde que se involucrara en el “Melodrama” (2017) de Lorde y se convirtiera en la mastermind del alt-pop de masas más solicitada de la última década. “Ordinary Heaven”, hacia el final, viene a sintetizar todas las influencias, sonando más que como una canción per se como un ejercicio de reunión, un juego de estudio para tratar de unificar todas las distintas versiones que Antonoff abraza en sus diferentes producciones. Y es que al final de esto va Bleachers, de que Antonoff saque un tiempo que no tiene para quitarse el mono de cantar y de dar un par de gritos. ∎

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