Álbum

Carlota Flâneur

UncertaintyPértiga-Hidden Track, 2022

Un EP de debut, “Brains” (2020), y una tonada con maneras de himno para la quinta centennial, “Generation Of The Young Flesh”, pusieron en órbita a Carlota Flâneur, barcelonesa decantada por una crónica sentimental diáfana en formato pop. Haciendo suya esa voz francesa, flâneur, que alude al paseante ciudadano sin rumbo fijo (que interceptó, según ha dicho, leyendo “La sociedad errante”, de Keri Smith, si bien la pusieron en circulación en otros tiempos, sucesivamente, Charles Baudelaire y Walter Benjamin), Carlota Cerrillo Moya (ese es su nombre real) parece transferir un aire casual o intuitivo a su figura de creadora de canciones, ahora desplegada en su primer disco largo.

En efecto, sus diez nuevas canciones deslizan aires de diario íntimo en el que da vueltas a las vicisitudes que día a día le reserva la vida, con trazo claro y viñetas de lacerante sinceridad, pero dejando fuera de plano la gesticulación atormentada. Carlota Flâneur se expresa cual paseante curiosa, presta a volcarse con intensidad cuando corresponde, pero haciendo suyo un sentido existencial de la improvisación, al parecer, muy propio de su quinta: la incertidumbre del título alude a una de las palabras más odiosas de los últimos tiempos, asociada a pandemia y a shock global.

Paisaje emocional inestable en el que ella pone orden y color, y que convierte en canciones esbeltas, amparadas en instrumentaciones sucintas y flotantes. Todo ello bastante afín a cierta estética (plástica y sonora) practicada por la escuadra de Hidden Track, no sabemos si elegida o inducida, con Ferran Palau en primer término, que se alza como figura clave del álbum, produciendo y tocando batería, teclados y guitarras (estas, compartidas con la propia Flâneur). Junto a ambos, otros dos operarios de la familia, Ildefons Alonso y Dani Comas, músicos asociados tanto a Palau como a otro creador cercano, El Petit de Cal Eril.

¿Ecos de pop metafísico en el ambiente? Algo de ello hay en ese filtraje de arreglos y láminas instrumentales, si bien, en el plano lírico, a Carlota Flâneur no le interesa tanto el universo de los efectos turbadores del aleteo de la mariposa como transmitir sin reserva sus sentimientos en situaciones muy concretas. Así, mandan los pensamientos en voz alta, relativos al asfixiante ajetreo mundano (en “The Rush”), a la dificultad de gestionar un rechazo (“Lungs”) o a cómo sobrellevar una diferencia de edad (“Alive At The Same Time”).

Hay sensación de veracidad y de anhelo comunicativo (aunque se escude en el inglés) en esa voz en primera persona que nos habla de sus temores y debilidades, y que entona con cercana naturalidad. Y las canciones tienen ángel, caminando entre vestigios de inocencia, ya sea valiéndose de una arquitectura clínica punteada por sintetizadores (“Balance”), arrimándose a un bucle de arpegios de guitarra (“Brave”) o dejando que salga su voz más pura (la acústica “Kind”, cierre del álbum). Con todo ello, “Uncertainty” insinúa poderes de larga duración para Carlota Flâneur, y un camino a seguir abierto a todo, más allá de los efectos (benéficos) de ese círculo protector del que se ha rodeado para lanzarse a la arena. ∎

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